De inversores a accionistas
Aemec involucra a tres ex presidentes de la CNMV en su plan para potenciar a los minoritarios
Una de cada cuatro acciones de la Bolsa está en manos de particulares. Es decir, que gran parte de las firmas cotizadas es propiedad de miles, incluso millones de personas. Su control, sin embargo, suele estar en pocas manos. La CNMV quiere potenciar la participación de los pequeños accionistas. En este sentido ha recibido esta semana la visita de los dirigentes de la asociación de minoritarios Aemec, una iniciativa privada que ha logrado involucrar a tres ex presidentes del regulador de los mercados y que prepara un libro blanco sobre la cuestión.
La asociación estará en la junta de accionistas de Endesa que se celebra el próximo sábado en Madrid, en plena opa de Gas Natural
Los años 90 fueron los de la incorporación del pequeño ahorrador español a la Bolsa. Las grandes privatizaciones convirtieron en dueños de las mayores compañías del país a miles de particulares. Una década y varios escándalos después -Gescartera, las stock options de Telefónica o las grandes plusvalías obtenidas por el SCH al vender sus participaciones en Dragados y Vallehermoso a espaldas de los minoritarios- son muchos los que se preguntan si los intereses de los pequeños accionistas están protegidos de forma efectiva.
El proyecto de código unificado de buen gobierno que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) presentó en enero, y que está en plena fase de debate público, recomienda al Gobierno que estudie posibles mecanismos que faciliten la coordinación entre los pequeños accionistas de las sociedades cotizadas para que éstos tengan voz en la junta de accionistas y puedan ejercer todos los derechos derechosque ya les reconoce la legislación.
La Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) ya se ha puesto manos a la obra, y el martes pasado sus responsables se reunieron con el presidente de la CNMV, Manuel Conthe, para presentarle su proyecto. El objetivo de esta organización es fomentar la participación de los pequeños accionistas, tradicionalmente muy pasivos, en las juntas de accionistas, y se ha propuesto elaborar un libro blanco sobre la cuestión antes de que acabe el año. La asociación ha logrado involucrar en este esfuerzo a tres ex presidentes de la CNMV -Juan Fernández Armesto, Pilar Valiente y Blas Calzada-, los tres nombrados durante los gobiernos del Partido Popular (1996-2004), y a especialistas de los despachos de abogados mercantiles más fuertes de España, como Garrigues, Cuatrecasas, Gómez-Acebo & Pombo o Cremades & Calvo-Sotelo. Sólo se echa en falta a Uría & Menéndez.
"El problema del minoritario es que es tan necesario como molesto", argumenta el presidente de Aemec y ex presidente de los notarios españoles, Juan Bolás. "Está ahí, pero no se le presta demasiada atención porque lo que interesa es el control de la sociedad, y todo lo que pueda ser un obstáculo a ese control no interesa".
Para revertir esta situación, Aemec propone que los pequeños accionistas unan sus acciones para acudir a la junta de accionistas con más fuerza. Y se propone a sí misma como representante. "Sería una asociación transversal", resume Javier Cremades, secretario general de la asociación, quien subraya que este modelo ya funciona en Alemania.
El siguiente paso sería lograr representación para esa minoría silenciosa en el consejo de administración. Aunque en teoría ese papel lo cumplen los consejeros independientes -el código unificado mejora la definición y potencia su papel-, según Aemec debería ser un consejero elegido por la asociación de accionistas quien representara esos intereses. La sociedad de capital riesgo Dinamia tiene un consejero de este tipo desde hace unos años. La iniciativa partió del propio consejo de administración, explican fuentes cercanas a la compañía, tras ver que una asociación que agrupaba a algunos de sus pequeños accionistas tenía "muy buenas ideas para mejorar la compañía".
Ésa es otra de las claves de la propuesta de Aemec. Propugnan un activismo constructivo: "No estamos para hacerle la vida imposible a una empresa determinada, sino para generar debate y propuestas concretas", sentencia Bolás.
Hasta el momento, Aemec, como asociación de accionistas, sólo ha participado en la última junta de Telefónica, en 2004. Y lo hizo a instancias de los administradores de la compañía, lo que según sus dirigentes no les resta independencia. "Centenares de accionistas confían ya en esta asociación; esperamos que en el futuro sean miles", asegura Cremades, quien subraya que Aemec va a participar en las juntas más importantes, la primera de ellas, la de Endesa, que tendrá lugar el próximo sábado en Madrid y que se celebra en plena polémica por la opa lanzada por Gas Natural.
En la asociación son conscientes de que hay que eliminar muchas barreras técnicas -facilitar la sindicación de acciones y mejorar los cauces de participación- y sobre todo culturales para conseguir que los minoritarios cuenten en las cotizadas españolas. "Estamos hablando de una década para ver resultados", reconoce Bolás. Para Blas Calzada, "incluso es peligroso ir muy deprisa".
La pasividad de los propietarios
La gran masa de accionistas de las empresas españolas no participa de forma activa en la vida de la sociedad. La mayoría se limita a invertir su dinero y confía en que el equipo gestor le ayude a sacar el mayor partido a esa inversión. Ni se plantean acudir a la junta general de accionistas, y si están descontentos con la marcha de la compañía, venden su participación y listo. El activismo de los minoritarios es aún una utopía. La duda es si esa pasividad responde a la existencia de barreras reales que impiden su participación o es de tipo cultural.
La irrupción de las nuevas tecnologías en las juntas de accionistas puede dar una pista no muy alentadora. Son muchas las compañías cotizadas que en los últimos años, sobre todo desde que entró en vigor la ley de transparencia de los mercados en 2003, han decidido facilitar que sus accionistas voten a través de Internet. El Foro del Pequeño Accionista asegura que de las 35 del índice Ibex dieron esta posibilidad 20 compañías el año pasado y espera que ese número suba hasta 28 en la temporada de juntas que está a punto de empezar.
Entre las primeras en establecer el voto electrónico estuvieron Unión Fenosa -en la junta de 2004 sólo un accionista depositó su voto en la urna electrónica- o Bankinter, que lo hace desde 2002 y también ha incorporado la posibilidad de que se vote a través del teléfono móvil. Distintas fuentes aseguran que la participación electrónica es aún muy baja. Para Juan Bolás, presidente de Aemec, "lo primero que hay que hacer es facilitar el acceso a las juntas y ahí las nuevas tecnologías pueden ayudar".
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