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La justicia de menores tramita cada día un caso de violencia doméstica

El número de delitos se estanca, pero aumenta la agresividad

Cada día se tramita en los juzgados de Barcelona un caso de violencia doméstica cometido por menores contra sus padres o sus abuelos. El dato ilustra una situación que constatan los jueces de menores y la estadística oficial: los delitos cometidos por jóvenes están estancados, pero cada vez son más violentos. Por ese motivo, los jueces reclaman a la Generalitat más medios humanos y materiales para atajar la situación.

"Desde hace dos o tres años estamos viendo una agresividad que antes no existía. El tirón sin consecuencias acaba ahora en puñalada. Las contusiones leves son lesiones en muchos casos y cada vez vienen más denuncias por atentado contra la policía". Así se expresa una magistrada de menores de Barcelona que reclama el anonimato para hablar con sinceridad. "Digámoslo claro: se extiende cada vez más un desprecio absoluto a la norma, al principio de autoridad, sea de los padres, de los maestros o de la policía", tercia otra juez.

"Acabemos con los prejuicios y expliquemos que muchos de los casos más violentos los protagonizan menores extranjeros, porque la vida tiene para ellos un valor distinto", precisa otra juez. Aclaran que en los casos de violencia doméstica influyen muchos factores sociales y familiares, y que por este motivo es importante que la justicia de menores actúe de forma inmediata para evitar que "los agresores de hoy sean los maltratadores del mañana".

Diecisiete homicidios

Las cifras oficiales avalan esas explicaciones. Los seis juzgados de menores de Barcelona, que son de ámbito provincial, tramitaron el año pasado 4.138 asuntos en los que intervinieron jóvenes de entre 14 y 18 años, frente a los 4.066 del año anterior y los 4.033 de 2003. Es decir, existe un estancamiento de los delitos. Lo singular es que, por ejemplo, el año pasado hubo 17 homicidios, mientras que en 2004 se cometieron 10, y un año antes, seis. En 2005, por ejemplo, también fueron jóvenes los autores de 582 robos con fuerza, frente a los 295 de 2004, y de 341 delitos de robo con intimidación, cuando el año anterior fueron 314. El año pasado también se tramitaron 201 delitos de atentado contra policías y el anterior fueron 144, además de 345 faltas de lesiones, cuando en 2004 fueron 202, y 487 faltas de hurto, frente a 296 un año antes.

Los jueces consideran que, pese a todo, la mayoría de estos jóvenes delincuentes "tienen arreglo", pero reclaman más medios materiales y humanos. En este sentido, denuncian que ahora tengan que esperar casi cuatro meses para poder aplicar la pena (ellos le llaman medida) de internamiento, libertad vigilada o cualquier otra. "La justicia de menores ha de ser rápida porque, si no, no es eficaz", explica una juez. También denuncian que hace unos años Cataluña era la avanzadilla en justicia juvenil y ha dejado de serlo

Albert Batlle, secretario de Servicios Penitenciarios y Justicia Juvenil de la Generalitat, rechaza las críticas y afirma que "el sistema funciona moderadamente bien". Según sus cifras, hay 300 medidas pendientes de ejecución y hace dos años eran 750, mientras que los técnicos han pasado de 45 a 65. Sin embargo, la estadística oficial de la propia Generalitat no es tan optimista. Los menores a los que se aplicó una medida el año pasado fueron 7.043, frente a los 6.419 de 2004. También aumentó el número de medidas, que de 12.507 pasó a 13.364, y el de menores extranjeros, de 1.380 a 1.654.

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