El festival VEO arranca con la llegada a Valencia de un avión transformado en espacio cultural
Bajo la escalerilla que da acceso a un antiguo DC-9, aparcado frente al céntrico edificio de Correos de Valencia y reconvertido en espacio cultural, Toni Cantó explicó ayer que la presencia de la rotunda panza del avión tiene como finalidad promocionar el festival València Escena Oberta (VEO), que arrancó ayer. El actor y director del certamen municipal aseguró que "el riesgo y la experimentación" son los rasgos comunes a los 21 espectáculos de teatro, música y danza, que se desarrollarán en 12 escenarios, entre salas cerradas y calles de la ciudad, hasta el 25 de febrero.
El avión cumple así el objetivo de llamar la atención y de reflejar una apuesta atrevida y "consolidada" que cumple su cuarta edición, apuntó el director. Cantó resaltó que son numerosas las llamadas que reciben de "compañías extranjeras" para participar en el festival urbano, que ofrece espectáculos de pequeño y mediano formato y que pretende también atraer a profesionales valencianos que trabajan normalmente en el exterior, como es el caso del compositor Josep Vicent, director artístico de Amsterdam Percussion Group.
Con un presupuesto de 900.000 euros, este año el VEO aprovecha también las naves del llamado Greenspace. Allí acabará el certamen el DC-9, desprovisto de alas y cola y remolcado por un camión. De hecho, se trata de restos de un avión DC-9 que se estrelló en Granada en 1992 y fue recuperado del desguace por el escultor Eduardo Cajal, promotor de un proyecto de reciclaje y cambio de uso (metamorfosis) del aparato junto a los arquitectos y diseñador industrial, Pablo Álvarez de Lara, Mercedes Lienas y Héctor Crehuet.
El DC-9 de los años 60, que ha participado en las dos últimas ediciones de Arco, se ha transformado en una "nave de cultura" y es escenario de acciones experimentales, además de centro de información sobre VEO. Es una nave de "de performances, audiovisuales, encuentros sobre arquitectura y arte y lugar de tránsitos para pasear y sentir", apuntó Cajal. Numeroso público, entre ellos varios concejales, subieron y bajaron ayer de la nave.
El avión llamó ayer la atención, pero el espectáculo inaugural corrió a cargo del teatro acrobático de la compañía marsellesa Anatomie-Anomalie, que utiliza en el escenario los recursos tradicionales del circo para convertir el espacio en un artilugio de danza acrobática. Lo hizo en el Teatro El Musical y repetirá hoy en el mismo escenario.
Otro espectáculo singular que viene precedido de excelentes referencias es el montaje checo de La barraca.
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