Vuelve la fuerza mental
Nadal regresa a las pistas después de cuatro meses de parón por una lesión en el pie izquierdo y gana a Rochus tras salvar una bola de partido
El esperado regreso de Rafael Nadal no decepcionó. El tenista español, de 19 años, ganó al belga Olivier Rochus, 30º del mundo, por 4-6, 6-2 y 7-5 en dos horas y 25 minutos, pero tuvo que salvar una bola de partido en el camino. Se clasificó de esta forma para la segunda ronda del torneo de Marsella, en la que se enfrentará a un jugador francés de 21 años que recibió una invitación, Gilles Simon (80º) y cuyo mayor mérito fue llegar a la tercera ronda del Open de Australia esta temporada.
Tras cuatro meses de parón forzado por su lesión en el pie izquierdo, Nadal acusó la falta de competición. Estuvo irregular todo el partido, pero demostró que no ha perdido en absoluto su garra, su fuerza física y, sobre todo, su inquebrantable mentalidad. Todo eso lo demostró cuando las cosas se le complicaron sobremanera en la tercera manga y tuvo que afrontar una bola de partido con 4-5 en contra y 30-40 con su saque. La salvó con un ace. Y prosiguió su lucha hasta la conclusión del partido.
Fue una satisfacción verle jugar sin problemas físicos. Dio la sensación de que no sentía molestias, de que todo el calvario que pasó en los últimos cuatro meses ha pasado ya al olvido. Le falta mucho para recuperar su mejor nivel, pero en algunos momentos, el mallorquín volvió a mostrar todo el tenis que lleva dentro. Recuperó algunas bolas increíbles que cualquier jugador habría dado por perdidas y acabó ganando los puntos.
Han pasado cuatro meses desde que disputara su último partido oficial, el 23 de octubre de 2005 en la final del Masters Series de Madrid. Aquél lo ganó y fue su primera y hasta el momento única victoria en un torneo bajo techo. Pero aquel día comenzó también un calvario para el manacorí.
Madrid supuso para Nadal la culminación de una temporada impresionante que le llevó a ganar once torneos, entre ellos Roland Garros, su primer grand slam, y le permitió encaramarse hasta la segunda posición mundial. Sólo el número uno, el suizo Roger Federer, le superó al final del año en la clasificación y también en el número de títulos ganados, 12, que incluían los de Wimbledon y el Open de Estados Unidos.
Sin embargo, tras aquella final de Madrid, que ganó al croata Ljubicic, Nadal salió de la pista con fuertes dolores en el pie izquierdo que le impidieron concluir la temporada. Le hicieron todo tipo de análisis, radiografías y ecogafrías. Pero no detectaron nada más que una galopante inflamación de las articulaciones cercanas al tercio externo del escafoides, que se había roto en la primavera de 2004.
"Ahora está completamente restablecido", asegura Ángel Ruiz Cotorro, médico de la federación española, que trabaja también con Nadal. El calvario parece que ha llegado a su fin. Nadal ha vuelto. Y, aunque lejos de su mejor nivel, ha ganado de nuevo.
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