Gallardón compra radares portátiles para multar en calles estrechas

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha decidido incorporar tecnología de última generación para acabar con los excesos de velocidad que se registran en algunas calles de la capital. En las últimas semanas, un total de 38 agentes de tráfico está recibiendo un curso de formación para ser operadores de cinemómetros láser portátiles, los más avanzados que existen en el mercado. Este departamento tiene previsto comprar entre dos y cuatro aparatos de estas características, que funcionarán desde el próximo marzo, según fuentes municipales.

El Área de Movilidad ha detectado que algunas calles son especialmente complicadas para controlar la velocidad. Se trata de vías de sentido único con un solo carril, en las que resulta casi imposible aparcar un coche camuflado dotado con un radar. Por ello, los responsables de Movilidad han optado por adquirir cinemómetros portátiles. Con estos sólo es necesario poner un pequeño trípode en el que se instala un aparato que es capaz de hacer grabaciones de vídeo y de sacar varias fotografías de los infractores en formato digital.

Los radares con los que están dotados los vehículos de la Policía Municipal son de microondas. Es decir, el radar emite continuamente un haz de ondas, que cuando son interrumpidas por un objeto (un vehículo, en este caso) mide su velocidad por la interrupción de esas ondas. En el caso del láser, el radar emite un haz que es rebotado en fracción de segundos. Esa oscilación es la que permite calcular a qué velocidad circula un vehículo. Su potencia resulta mucho mayor, ya que puede controlar vehículos que están distanciados hasta 100 y 150 metros, frente a las microondas que tienen un alcance mucho más corto.

Curso de formación

Los 38 agentes han realizado un curso de formación de una semana de duración que les capacita para trabajar con los dos sistemas de radares, aunque en principio sólo contarán con los más modernos: los láser. Eso sí, no descartan utilizar los que tiene la Policía Municipal en caso de que sea necesario.

Los responsables de Movilidad tienen ahora mismo dos radares en pruebas para la formación de los agentes. En unas dos semanas el Ayuntamiento los comprará.

Los agentes que regulan el tráfico tienen previsto utilizarlos en las calles en las que se produzcan más accidentes o en las que se detecte más velocidad por parte de los conductores. Su uso es especialmente indicado para las calles estrechas.

Durante las primeras semanas de funcionamiento, los agentes no sancionarán a los infractores, según fuentes municipales. Se dedicarán a probar los aparatos y determinar a qué velocidad debe actuar el cinemómetro. Pese a que el automovilista no será multado, será informado de que acaba de ser detectado por un radar y que en futuras ocasiones podrá ser denunciado. "No queremos actuar de improviso. Queremos que la gente nos vea y que sepa que vamos a estar en la calle. Es importante que nos vayan viendo", comentó un responsable municipal de Tráfico.

La actual normativa de videovigilancia exige que los radares sean anunciados con antelación, ya que se trata de una cámara que fotografía o graba, lo que podría incidir en la intimidad de las personas. Responsables municipales así lo harán. Las ventajas del radar láser es que son equipos mucho más livianos, lo que permite su transporte en una maleta. Esto supondrá que los agentes podrán colocarse en una vía y cambiar su ubicación en cuestión de segundos. Además, harán varios fotogramas del vehículo infractor, con lo que el reconocimiento de la matrícula será más fácil que el sistema de microondas. Éste sólo hace una sola foto.

Los agentes de tráfico podrán denunciar a los infractores a los pocos metros de ser detectados o tramitar la denuncia a su domicilio para no interrumpir la circulación.