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Crónica:FÚTBOL | 23ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Celta cambia de planes

El cuadro de Vázquez tumba al Villarreal y ya mira a Europa

A la espera de que su fútbol pase de destellos fugaces, el recién ascendido Celta sigue su voraz suma de partidos. Ya no está por la permanencia. Con 39 puntos y asentado en la quinta plaza, puede desembarazarse de complejos y fijar la mirada en Europa, objetivo en el que se distanció de un Villarreal mediocre. Sin Riquelme, fue el grupo sin alma que se esperaba. El Celta tampoco tuvo demasiada, pero de un partido tedioso supo extraer un penalti que transformó Baiano.

Ya que del ataque céltico no hubo más noticias que el penalti, los méritos fueron para la gente de atrás, que anuló al previsible Villarreal. Como se esperaba, Senna y Josico le pusieron cemento al grupo. Como era de prever, Forlán y Guayre deambularon en una persecución de sombras, sin que Roger acertara a lanzarlos al área. Así planteado, el partido fue un ladrillo insoportable, un nudo en el centro del campo que los jugadores de más talento fueron incapaces de desatar.

CELTA 1 - VILLARREAL 0

Celta: Pinto; Ángel, Sergio, Lequi, José Enrique; Oubiña; Núñez, Jorge (Contreras, m. 77), Canobbio (Roberto, m. 55), Silva; y Baiano (Perera, m. 64).

Villarreal: Viera; Javi Venta, Gonzalo Rodríguez, Quique Álvarez, Arruabarrena; Josico (Tacchinardi, m. 75), Senna, Calleja (Héctor Font, m. 64); Roger; Guayre (José Mari, m. 64) y Forlán.

Gol: 1-0. M. 38. Baiano transforma de tiro raso un penalti cometido por Gonzalo Rodríguez sobre Silva.

Árbitro: Medina Cantalejo. Amonestó a Gonzalo Rodríguez y Lequi.

Unos 16.000 espectadores en Balaídos.

Lejos de la creatividad que se espera del Celta y el Villarreal, la tarde se diluyó en un carrusel de imprecisiones que dejó a Pinto y Viera el papel de testigos. Estaba el partido para un error, como el cometido por Gonzalo Rodríguez en su innecesario penalti en un salto sobre el pequeño Silva por un centro intrascendente. Baiano, que, entre lesiones y desaciertos, llevaba un siglo sin marcar, anotó con un disparo flojo que inquietó a Balaídos, pero que puso a los de Vázquez por delante en el marcador.

El gol dejó frío al Villarreal, que careció de ánimo para luchar por el partido. Lejos de ello, siguió con su ritmo lento y deshilvanado, pendiente sólo de la profundidad de Javi Venta y del empuje de Senna. A las habituales lagunas de Núñez, con diferencia el jugador de menor aportación al Celta de Vázquez, se sumaron las de un Canobbio desconocido y las de Silva y Jorge Larena. Sólo Oubiña se sumó al recital de los centrales, aunque los despistes del canterano en la distribución siguen lastrando su incansable potencial destructivo.

Jorge abraza a Baiano tras el gol de éste de penalti.
Jorge abraza a Baiano tras el gol de éste de penalti.EFE

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