La Diputación invertirá 500 millones de euros en el nuevo plan de accesos a Bilbao

La Diputación de Vizcaya se gastará cerca de 500 millones de euros en el nuevo plan de accesos a Bilbao, que no estará culminado hasta 2016. La institución foral y el Ayuntamiento han descartado crear nuevas entradas a la capital vizcaína, aparte de la ya proyectada por Olabeaga, para sustituir al viaducto de Sabino Arana, la principal vía de entrada a Bilbao. En cambio, se acometerá la variante de Rekalde (un proyecto que no tenía plazos ni presupuestos hasta ahora), que significará el derribo de un tramo de dos kilómetros de la A-8 para construir otro nuevo soterrado. La financiación corresponderá a la Diputación, que, según concretó ayer su primer mandatario, José Luis Bilbao, recurrirá exclusivamente a los presupuestos forales.

Todas estas actuaciones suponen un nuevo cambio en los propósitos de las instituciones para reordenar los accesos a la capital. Desde que se decidió el derribo del viaducto de Sabino Arana (por el que a diario transitan más de 70.000 vehículos) y la creación de un nuevo acceso, la llamada cornisa de Olabeaga, los sucesivos anuncios institucionales no se han cumplido. Primero se acordó que Olabeaga absorbiese todo el tráfico de Sabino Arana, una vía que dispone de ocho carriles, y estuviese terminado para 2003, con lo que el derribo del viaducto se concluiría en 2005.

Hace menos de dos años, José Luis Bilbao y el alcalde, Iñaki Azkuna, anunciaron que la cornisa de Olabeaga estaría para 2009 o 2010 y la demolición de Sabino Arana quedaría para un año más tarde. Sin embargo, tras el diseño urbanístico de la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid, se rebajó la capacidad del vial de Olabeaga y eso obligó a buscar una solución a los cerca de 35.000 vehículos que no absorbería este acceso.

Este proceso de reflexión, que ha durado casi tres meses, ha estado jalonado de distintas propuestas. Se barajó crear más de un acceso nuevo, además del de Olabeaga, e incluso mantener la actual entrada por Sabino Arana, pero con una menor capacidad. Sin embargo, esta última solución suponía incumplir el compromiso de las instituciones con los vecinos y la anterior se topaba con las dificultades orográficas de Bilbao.

La opción elegida se sustenta en buscar el traslado de los tráficos de la A-8 a la otra parte de la ciudad, al norte. Para ello, se acometerá el desdoblamiento del acceso de Enekuri para ampliar los dos carriles actuales de subida también a los de bajada, y el de Santo Domingo, que contará también con dos carriles en cada dirección. Con esta solución, las autoridades pretenden estimular la utilización de los túneles de Artxanda, abiertos hace tres años, pero que sólo han atraído a la mitad de los vehículos previstos: 17.000 diarios de media.

Estos túneles son la primera autovía de pago existente en Euskadi y su elevado peaje (hasta 1,35 euros por poco más de un kilómetro) retrae a los conductores. La concesionaria analiza ahora varias medidas para atraer más tráfico y no es descartable una bajada del peaje.

Bilbao, consciente de los retrasos y cambios en estas actuaciones, aseguró ayer que este nuevo plan se presenta "con seguridad y con plazos ajustados" y destacó que la solución adoptada se ha basado "en una visión global de la ciudad". El plan presentado incluye disponer del desdoblamiento de Enekuri a mediados de 2009 y el de Santo Domingo, a finales de 2010. La cornisa de Olabeaga se abriría a mediados de 2011 y el derribo del viaducto de Sabino no estará completado hasta finales de 2012, un año más tarde de la previsión lanzada en 2004 por el diputado general y el primer edil.

La variante de Rekalde deberá esperar a finales de 2015 y el derribo del actual tramo de la autopista a su paso por este barrio quedaría para finales de 2016. La inclusión de esta obra es la gran novedad del plan. Es la más costosa (233 millones de euros de 2016 frente a los 108 de la cornisa de Olabeaga) y da por fin respuesta a las reivindicaciones vecinales, que han visto cómo camiones y vehículos han caído de la autopista a su barrio. "Era [una obra] impensable hace unos meses", destacó Azkuna. Esta variante desviará el trazado de la A-8 hacia el monte y, a lo largo de dos kilómetros, discurrirá soterrada, salvo los dos viaductos previstos.

Los dos mandatarios anunciaron también otro proyecto que ha sufrido cambios: el frontón de mano. Tras siete años y dos emplazamientos descartados, el diputado general dijo que se ubicará en el nuevo barrio de Miribilla en una parcela propiedad del Ayuntamiento de más de 7.000 metros cuadrados. José Luis Bilbao precisó que el presupuesto rondará los 15 millones de euros y las obras comenzarán este mismo año, con la intención de que el frontón esté disponible en 2007 o en 2008. Su capacidad será mayor que el de Anoeta, que dispone de 2.100 localidades.