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La Cámara aborda la reforma del reglamento dejando para el final la jura de la Constitución

Los partidos optan por debatir primero los aspectos en que es más factible un acuerdo

La ponencia creada en el Parlamento para reformar su reglamento optaron ayer por dejar para el final de su trabajo la discusión de las cuestiones más polémicas. Básicamente, se refieren a la jura o el acatamiento de la Constitución por parte de los parlamentarios en el momento de tomar posesión de su escaño. Mientras que populares y socialistas se muestran favorables a esta fórmula, el resto de partidos se oponen. Al dejar para el final este debate, los partidos podrán ir cerrando antes las cuestiones en que las posturas se encuentran más cercanas.

La ponencia celebró ayer su primera reunión. Los partidos fijaron la metodología a seguir y se dieron de plazo hasta el próximo mes de junio para analizar las enmiendas presentadas por todos los grupos al dictamen que sirve como base de los trabajos, elaborado en 1998 y que encalló debido a la negativa de los nacionalistas a que sea obligatorio acatar la Constitución para tomar posesión del escaño. El PSE fue el que planteó la conveniencia de dejar para el final lo que más separa y empezar a debatir por lo más cercano, a fin de que no encalle el proceso nada más comenzar. Frente a este argumento, Ezker Batua se mostró partidario de empezar precisamente por el artículo relativo al acatamiento de la Constitución. Al final, prevaleció la tesis socialista. La ponencia se volverá a reunir el próximo jueves.

Todos los grupos coinciden en que si no se reforma el reglamento y se le dota de más vivacidad y frescura, la Cámara irá a remolque de los acontecimientos y nunca se podrá convertir en el centro político del país. La Comisión de Urgencia Legislativa ya aprobó en junio de 1998 un dictamen de reforma, que no llegó a recibir el respaldo del pleno del Parlamento, por lo que no llegó a entrar en vigor. En ese texto, el que ahora han enmendado los partidos y sobre el que van a trabajar, se establecía la obligación de acatar la Constitución.

Paro, sustitutos y bajas

Los nacionalistas se opusieron, por lo que el Parlamento se sigue rigiendo por el reglamento de siempre, que establece que el mero hecho de ocupar el escaño sirve para acceder, con el acta correspondiente, a la condicion de parlamentario.

En sus enmiendas al dictamen, PNV, EB y EA eliminan la obligación de acatar la Constitución, el PSE no plantea ninguna enmienda y defiende este deber, mientras que el PP plantea dos fórmulas para que se cumpla la obligación: que los parlamentarios la acaten cuando accedan al escaño y que el propio reglamento establezca que la toma de posesión implique directamente el acatamiento.

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Aunque esta cuestión es la que más controversia suscita, los partidos tendrán que salvar otros escollos. Es el caso de las numerosas iniciativas que han presentado PP y PSE para reforzar el control parlamentario sobre el Gobierno. La batería de medidas comprende la realización de plenos monográficos de control de carácter quincenal, plenos para interpelaciones y preguntas y la posibilidad de realizar interpelaciones y preguntas urgentes.

El PP incluso plantea la creación de una oficina presupuestaria dependiente del Parlamento y que esté al servicio de los grupos. Su cometido sería realizar un seguimiento de la ejecución presupuestaria del Gobierno. Frente a los posibles desencuentros, hay otra serie de aspectos en los que los partidos tienen más fácil coincidir, desde la sustitución de las bajas médicas hasta el cobro del paro.

EB ha presentado una enmienda en este sentido, en la que pide que los parlamentarios tengan derecho a una prestación por desempleo cuando finalicen su mandato. El dinero correría a cargo de los presupuestos de la Cámara. La sustitución temporal de los parlamentarios en caso de baja médica es algo que todos los grupos incluyen en sus enmiendas. Ahora, si un parlamentario está de baja su partido pierde ese voto cuando haya que votar. El PSE incluso plantea que el parlamentario de baja pueda delegar el voto en un compañero, algo que no recoge la legislación vigente. Por eso, el PNV plantea otra fórmula: el voto a través de Internet. En su enmienda propone lo siguiente: "El Parlamento habilitará los medios informáticos necesarios para que el parlamentario pueda mantener la comunicación virtual haciendo seguimiento de la sesión plenaria y ejercer su voto".

El endurecimiento del régimen de incompatibilidades, planteado por el PNV, y la obligación de que los parlamentarios conozcan el euskera y el castellano (EHAK) son otras de las propuestas que estarán encima de la mesa de la ponencia en las próximas semanas.

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