El maltrato a mujeres obliga a multiplicar por diez en dos años la dedicación policial

La Ertzaintza ha multiplicado por diez en apenas dos años las horas que dedican sus agentes a tareas relacionadas con la violencia conyugal, según concretó ayer en el Parlamento el consejero de Interior, Javier Balza. El tiempo de trabajo empleado ascendió en 2003 a un total de 3.683 horas, mientras el año pasado llegó a 38.247. Balza quiso ilustrar con ese dato el enorme salto que se ha registrado en un plazo muy breve.

El consejero consideró adecuado el modelo de organización y el tipo de atención especializada que ofrece la policía vasca a las víctimas o denunciantes de maltrato y se opuso, como le pide el PP en una iniciativa parlamentaria todavía pendiente de debatir, a la creación de unidades especializadas en esa materia, ya que sólo podrían ponerse en marcha en algunas comisarías grandes y quedarían desconectadas del conjunto de la organización policial. Las víctimas recibirían peor atención según su zona de residencia que si en todas las unidades existen funcionarios preparados, destacó.

Balza aseguró que el modelo de las unidades especializadas se está reconsiderando en otras policías en las que se puso inicialmente en marcha. El consejero consideró más eficaz el modelo que sigue la Ertzaintza y abogó por que la formación para prestar una atención adecuada a las víctimas alcance a toda la organización policial. "Estamos convencidos de que el sistema correcto es el que tenemos aquí", defendió. Durante este año, 3.000 ertzainas seguirán un curso que ya recibieron el pasado ejercicio un total de 58 mandos de unidades. Otro objetivo que se fijó Balza es reducir en lo posible el tiempo medio de respuesta ante una agresión, que cifró en seis minutos.

El titular de Interior expuso también la política diferenciada de su departamento con respecto a las mujeres inmigrantes en situación irregular. La policía vasca tiene instrucciones específicas de no emitir ningún expediente de expulsión en estos casos, mientras que las Fuerzas de Seguridad del Estado sí lo hacen.

El consejero admitió que este comportamiento de la Ertzaintza "puede ser opinable", pero lo defendió porque lo contrario "condena a las mujeres maltratadas sin papeles a un círculo vicioso" en el que no pueden denunciar porque, al mismo tiempo que se las atiende en su denuncia, se comienza a trámitar su expulsión. En Euskadi, explicó, prima su condición de víctima de maltrato sobre su situación administrativa irregular en el país.

Balza informó a las parlamentarias de la Comisión de Mujer y Juventud del protocolo que sigue la policía vasca. La decisión se adopta tras evaluar un conjunto de 50 indicadores que establecerán el nivel de riesgo de la víctima (básico, alto o especial). Según ese nivel, se elige entre un conjunto de diez medidas, que abarcan desde la formación en autoprotección a la escolta permanente.