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Choques entre chiíes y suníes causan 40 muertos en Pakistán y Afganistán

Las agresiones e incidentes sectarios coinciden con las grandes procesiones de la Ashura

Ángeles Espinosa

Al menos 40 personas murieron ayer en dos enfrentamientos separados entre musulmanes suníes y chiíes en Pakistán y Afganistán. En el más grave, que se produjo en la localidad paquistaní de Hangu, un millar de chiíes se disponían a escuchar a uno de sus líderes durante una procesión cuando se produjo una gran explosión. Fue un atentado suicida que dejó 27 muertos, a los que hay que añadir ocho más a resultas de los disturbios que siguieron. Otras cinco personas perdieron la vida en la ciudad afgana de Herat. Estos incidentes sectarios se producen durante la celebración de la Ashura, la principal festividad religiosa chií.

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"Seguía la procesión y había una tribuna lista en el bazar para los discursos de los dirigentes religiosos. Cuando Jurshid Anwar Sajjadi se acercó a ella, se produjo una gran explosión", relató a la agencia France Presse un policía de Hangu, una ciudad de 90.000 habitantes situada a 175 kilómetros al oeste de Islamabad. "Entonces se produjo un movimiento de pánico entre la multitud, se oyeron otras dos explosiones y se produjo el pánico", añadió el agente.

"Debió de ser un atentado suicida, porque no había ningún lugar para esconder una bomba al lado de la tribuna", declaró Sajjadi, que es uno de los dignatarios chiíes locales. La misma hipótesis fue sostenida por el ministro del Interior, Aftab Sherpao, que enseguida despachó además de soldados para restablecer el orden, helicópteros para evacuar a las decenas de heridos.

La mayoría de las víctimas fueron sin duda los fieles chiíes que participaban en las ceremonias de la Ashura, con las que conmemoran el martirio del imán Husein, uno de los nietos de Mahoma. Los supervivientes estallaron en cólera y comenzaron a incendiar coches y tiendas, e incluso a atacar a sus vecinos de confesión suní, a los que sin duda responsabilizaron del atentado.

Los ataques se extendieron por toda la ciudad y a los 27 cadáveres que fueron trasladados al depósito del hospital local desde el lugar del atentado enseguida se sumaron otros ocho cuerpos con heridas de bala, presuntamente de suníes. Un funcionario comarcal, Ghani ur Rehman, dijo que los incidentes, que alcanzaron también algunos pueblos vecinos, habían destruido el 60% del bazar de Hangu. Esta ciudad ya sufrió la violencia sectaria durante la Ashura de 2001, que dejó 12 muertos. Pero los enfrentamientos más graves se produjeron hace dos años en Queta y se cobraron medio centenar de vidas.

Pakistán tiene una larga historia de conflictos interconfesionales en los que la minoría chií, que supone un 20% de la población, suele llevar la peor parte. Los suníes más radicales tachan a los chiíes de herejes. Se estima que 4.000 personas han muerto en incidentes sectarios en ese país desde el principio de los años noventa. Las ceremonias de la Ashura constituyen un objetivo predilecto de los extremistas.

Más sorprendente fue el estallido de violencia sectaria en Herat, en Afganistán, que se saldó con cinco muertos y una cincuentena de heridos, según fuentes hospitalarias citadas por los periodistas locales. Afganistán, donde los chiíes rondan un 19% de la población, desconocía en los últimos años este tipo de enfrentamientos. Además, todo el país se encontraba en situación de alerta debido a las protestas por las caricaturas danesas de Mahoma, que en desde el lunes pasado han dejado ya 12 muertos.

Testigos citados por las agencias de prensa daban versiones distintas de cómo empezaron ayer los disturbios entre suníes y chiíes, en los que dos mezquitas chiíes resultaron incendiadas. Las imágenes de televisión mostraban grupos de hombres que se enfrentaban con bastones, coches quemados y tiendas saqueadas, mientras se oían algunos disparos.Un portavoz policial admitió que los agentes habían usado sus armas para intentar contener la situación.

El deterioro de la situación llevó al Ministerio de Defensa a enviar 500 soldados de refuerzo. El presidente afgano, Hamid Karzai, que horas antes se había dirigido a una congregación de chiíes en Kabul con motivo de la Ashura, decidió despachar a Herat a Ismail Khan, ex gobernador y ex hombre fuerte de la provincia que ahora se sienta en el Gobierno central.

"Creo que hay una mano extranjera detrás de esto. Pienso que no son ni suníes ni chiíes [afganos]", declaró por su parte el diputado Mohamed Mohaqiq, líder político de la comunidad chií afgana, a France Presse.

Un hombre corre delante de una tienda incendiada en los disturbios que siguieron al atentado de ayer en  Hangu (Pakistán).
Un hombre corre delante de una tienda incendiada en los disturbios que siguieron al atentado de ayer en Hangu (Pakistán).ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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