La caída del 'Faraón' Mido

A gritos e insultos. Así acabó la Copa de África, que se celebra en su país, para el egipcio Mido. No fue por un penalti fallado ni por una tarjeta roja, sino por haberse enfrentado a Hassan Saeta, su técnico. El pecado del entrenador fue mostrar el cartelón de los cambios con el número del delantero en el minuto 79 de la semifinal que disputaron Egipto y Senegal (2-1) el pasado martes. El jugador del Tottenham, primero, alargó los brazos, incrédulo; luego, levantó el dedo amenazando a Saeta, y finalmente lo insultó durante dos minutos. Un acaloramiento que le ha costado una suspensión de seis meses por parte de su federación.

Mido recapacitó sólo al final del partido. Pero antes vio cómo su sustituto, Amara Kaki, marcaba el gol de la victoria. "El equipo ha tenido más oportunidades tras el cambio. Espero que ganemos la final. Es muy importante", dijo ya calmado. El Joven Faraón -así lo llaman en Egipto- aún se veía en el once que jugará mañana contra Costa de Marfil la final de una competición que Egipto ha ganado cuatro veces, la última en 1998.

Lo que no se imaginaba era que esta vez su federación no le perdonaría sus caprichos y "la falta de respeto" al seleccionador -en el partido de la primera fase contra Marruecos, después de otra sustitución, no le insultó, pero lo aceptó a regañadientes-. El máximo organismo del fútbol egipcio anunció ayer la decisión de suspenderlo durante seis meses.

Un desplante, el suyo, que le ha costado muy caro porque se perderá la final, en El Cairo, ante su público. Una decepción enorme para quien está considerado como el héroe nacional. Más incluso que el actor Omar Sharif. La prensa lo ha calificado siempre como el mejor futbolista que ha vestido nunca los colores de una selección árabe. Su boda, televisada en directo, batió récords de audiencia. Para los árabes, en general, y para los egipcios, en particular, Mido significa lo que Maradona para los argentinos.

Por lo menos, hasta el polémico cambio. Ayer, el principal periódico del país titulaba: "Mido ha perdido el respeto y el amor de los egipcios".

Su egolatría de estrella no es una novedad. Su currículo habla por sí solo. Allá donde ha jugado ha tenido problemas. En el Ajax se compró un Ferrari a los cinco minutos de haber fichado por el equipo holandés. Su entrenador, Ronald Koeman, intentó convencerle de que en el fútbol lo que importa es el grupo. No lo consiguió y acabó harto de las peleas con el as egipcio. Tanto que en 2003 pidió al club que se desprendiera de él.

Mido se fue al Marsella y, cómo no, tuvo problemas con el técnico, Alain Perrin, y con su compañero de reparto, el marfileño Drogba. En el Celta, donde estuvo unos meses en calidad de cedido, tampoco le fue mejor con el entrenador Miguel Ángel Lotina.

El Joven Faraón ya dejó voluntariamente su selección en 2004. Protestaba así contra el ex seleccionador Marco Tardelli, que lo sustituyó tras golpear a un adversario en un amistoso. Regresó, con Saeta ya en el cargo, tras pedir disculpas a su federación.