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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Grandiosa T-4

He estado trabajando en las obras de la T-4 de Barajas durante ocho años de mi vida. Con ilusión, ahora que vivo fuera de España y he dejado el proyecto sólo hace tres meses, he empezado a leer las versiones de Internet de los periódicos de nuestro país para ver cómo se había recibido por la sociedad el fruto del trabajo de tantos excelentes profesionales (mis compañeros) durante tanto tiempo.

Esperaba encontrar alguna referencia a la dificultad del trabajo realizado, al alto nivel de desarrollo tecnológico que demuestra esta obra, al orgullo que para una ciudad debía suponer el disponer de un edificio tan grandioso (uno de los mayores de Europa), al mérito que supone hacerel traslado de unas operaciones tan comple-jas de un edificio a otro en sólo una noche, a que durante algún tiempo fuimos capaces de gestionar una de las obras más grandes del mundo. Recuerdo que cuando se inauguró la nueva terminal del Aeropuerto de Hong Kong, más pequeño que el actual Barajas, las noticias que recorrieron el mundo fueron del tipo como las que yo me esperaba para nosotros. Es una ocasión para proyectarnos al mundo con orgullo, es una obra hecha con el dinero de todos y con el esfuerzo de muchos. Y en la prensa española (por Internet) me encuentro con que la preocupación es que sólo hay autobuses cada 10 minutos y multitud de detalles parecidos. La única referencia al edificio que encuentro es que un pasajero dijo que la cubierta 'es bonita'. Algunos tenemos la oportunidad de que nuestro trabajo sea reconocido, pero tiene que ser fuera de España, parece que es la idiosincrasia de nuestro país. Sólo entre los que hemos estado en la vorágine del mayor proyecto que se haya realizado nunca en España existe ese reconocimiento. Los que hemos sufrido y disfrutado de una de las experiencias profesionales más intensas que se puedan tener, reconocemos el valor de nuestros compañeros de fatigas. Muy a mi pesar, se confirma la intuición que tuve hace tiempo: ni la sociedad, ni las empresas españolas parecen apreciar la valía de sus profesionales... Me encantaría que eso cambiara, yo soy optimista por naturaleza. Mis actuales compañeros de trabajo visitaron las obras del Plan Barajas el pasado septiembre, cuando yo todavía vivía y trabajaba en el nuevo Barajas, y reconocen que en este país en el que ahora vivo y desarrollo mi profesión sería muy difícil que se hiciera nada parecido en cuanto a innovación, flexibilidad, visión de futuro e inversión pública. Y eso que es la primera potencia mundial.

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