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Sonae se muestra abierta a vender a Telefónica el negocio brasileño de Portugal Telecom

El dueño y presidente de Sonae, Belmiro de Azevedo, se mostró ayer abierto a vender a Telefónica los activos de Portugal Telecom en Vivo -la sociedad conjunta de las dos operadoras en Brasil- si triunfa la oferta pública de adquisición (OPA) de acciones que ha lanzado sobre el primer operador portugués por 10.700 millones de euros.

De Azevedo se mostró más cauto a la hora de valorar una contraoferta de Telefónica por Portugal Telecom, de la que es principal accionista privado, con el 9,96%. En medios financieros lusos se apuesta por esta contraoferta del grupo español, solo o en unión de grupos financieros portugueses.

El presidente de Sonae dijo que era previsible que se presentaran nuevas contraofertas, aunque eludió citar a Telefónica. "Nuestra apuesta es para ganar en la primera vuelta", y confió en que la OPA "no se convierta en un partido de pimpón". Añadió que la OPA, "aunque no solicitada, no es hostil", y admitió que tendrán que negociar con el Gobierno portugués.

El Consejo de Administración de PT, en cambio, afirmó anoche que la OPA de Sonae es hostil y favorece el "desmantelamiento de la empresa", para concluir que el valor actual de PT "es muy superior" a la oferta de Sonae.

Las acciones de PT se dispararon ayer un 18,46%, apenas 12 horas después de conocerse el anuncio de la OPA lanzada por Sonae con el apoyo financiero del banco Santander. Los títulos de Telefónica cayeron un 0,56%.

Paulo de Azevedo, el hijo del presidente de Sonae y presidente de Sonaecom, adelantó también que, a la espera de lo que decida el Tribunal de la Competencia, su intención es fundir las redes de móviles Optimus (propiedad de Sonaecom) y TMN (propiedad de PT): "Precisamente por eso estamos dispuestos a pagar un prima de un 20% en la OPA".

Uno de los puntos más polémicos de la OPA es el deseo de Sonae de dejar sin efecto la acción de oro que mantiene en PT el Estado portugués, en línea con lo establecido por Bruselas. Los partidos de extrema izquierda protestaron por la presunta cesión y los dueños de Sonae se limitaron a decir que lo importante no es defender un abstracto interés nacional, sino mantener la rentabilidad a largo plazo.

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