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La Audiencia hizo una interpretación forzada de la acumulación de las condenas

Henri Parot, Unai, no es un terrorista cualquiera. Era el jefe del comando Argala, o itinerante, integrado únicamente por ciudadanos franceses y dependiente única y exclusivamente del jefe de ETA en cada momento. Fue el más sanguinario de la banda.

La Audiencia Nacional le condenó en 26 ocasiones por numerosos asesinatos (26 consumados y 166 frustrados) a un total de 4.797 años de prisión. Lleva en la cárcel desde el 7 de abril de 1990, cuando fue detenido en Sevilla.

Sin embargo, como todos los terroristas, pidió que se le aplicase la legislación vigente y que sus condenas fueran refundidas en una pena de 30 años -máximo periodo de cumplimiento permitido en las fechas en que se cometieron los delitos- sobre la que deberían aplicarse los beneficios penitenciarios.

Las redenciones de pena previstas en el Código Penal de 1973 -el que le es de aplicación- fueron eliminadas en el Código Penal de 1995, con los socialistas en el Gobierno.

Parot lleva más de 15 años en prisión y previsiblemente su excarcelación por haber cumplido la condena se iba a producir en 2011, a más tardar.

La pirueta

El 26 de abril de este año, la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional intentó evitar esa salida en 2011 y denegó la acumulación total de las penas de Parot. En una pirueta jurídica, el tribunal establecía que el terrorista tenía que cumplir dos condenas de 30 años, por los dos periodos en los que había cometido atentados, ya que había estado dos años sin delinquir.

El resultado era paradójico, ya que, de confirmarse la resolución, se llegaría al absurdo de premiar el ser terrorista. Es decir, que por haber estado dos años sin matar la condena se le duplicaba, o sea, 60 años, mientras que si hubiera cometido atentados ininterrumpidamente la acumulación de las condenas se hubiera producido en una única pena de 30 años, a la que habría que aplicar los beneficios penitenciarios.

De ahí que ahora los fiscales del Tribunal Supremo, aunque no quieran que salga Parot, pidan que la interpretación de la ley se haga correctamente.

En España, como saben los delincuentes y los policías, el segundo muerto no tiene coste penal, porque la condena por el primer asesinato ya suele ser de 30 años, el máximo periodo de cumplimiento.

Parot, en cualquier caso, no va a salir en 2011, porque la Audiencia le ha imputado nuevos delitos. El terrorista dirigió una carta a la dirección de ETA en la que exigía mano dura con atentados más salvajes en "objetivos vitales".

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