"La cruz del compositor de cine es renunciar al estilo propio"
Cuando le llamaron la pasada semana desde Focus Features, la productora de Los Ángeles, Alberto Iglesias (San Sebastián, 1955) adivinó el motivo de la urgencia: su banda sonora para la película El jardinero fiel, del director brasileño Fernando Meirelles, había sido designada candidata a los Oscar (también lo es a los premios de cine británicos, los BAFTA). Es el reconocimiento internacional a una labor exquisita de la que en España se benefician -¡seis goyas!- las películas de Julio Medem o Pedro Almodóvar. Para el segundo, termina estos días la versión en CD de la música de Volver, que se estrenará en los cines el próximo 17 de marzo. En la lista de espera está el próximo largometraje de Medem, Caótica Ana.
"John Le Carré me dijo: 'Tráenos África'. Digamos que asimilé el folclor local, pero luego lo aparqué en el inconsciente"
"Sé que competir en un quinteto de películas donde dos llevan música de John Williams no es una situación muy esperanzadora"
"Hollywood está buscando miradas frescas: Meirelles ('El jardinero fiel') es brasileño y Ang Lee ('Brokeback Mountain') viene de Taiwan"
Iglesias también está viviendo sus días caóticos. La palmadita de Hollywood le ha reventado su ordenada agenda: todos quieren felicitarle, entrevistarle, tentarle con ofertas. "Agradezco tener una oficina de management que sabe atender avalanchas", suspira. "Estoy con RLM desde hace 10 años y hasta ahora su principal ocupación eran mis contratos. Pero lo llevo bien, con cierta guasa". Tímido y frágil, Iglesias se hace querer y la noticia de su candidatura a un Oscar ha causado complacencia general; de sus posibilidades reales de conseguirlo se hablará más adelante.
Actualmente, Alberto Iglesias reside en la localidad madrileña de Torrelodones. "Me gustaba el centro de Madrid, pero aquí puedo tocar el piano a cualquier hora del día o de la noche. Necesito tranquilidad vital para organizar mi producción. Antes de El jardinero fiel compuse un concierto para violonchelo que quiero grabar cuando pase esta locura. Y hay un montón de guiones que debo leer y discutir con los directores".
Fernando Meirelles, el realizador de El jardinero fiel, le llamó por admirar su trabajo en Hable con ella, de Almodóvar. "Me dijo que primero pensó en Brian Eno, en algo paisajístico", recuerda el músico. "Sin embargo, lo que le apetecía era un score más emocional, aunque con cierta sequedad, en un tono intimista". Iglesias le confesó que nunca había visitado África, donde transcurre buena parte de la novela de John Le Carré en la que se basa la película. "Tras el primer visionado en Londres, Le Carré me dijo: 'Tráenos África'. A pesar de que es un señor educadísimo, me quedé paralizado. Sólo tenía mes y medio: imposible irme a Kenia a investigar. Me empapé de discos, pero Meirelles ya me había dicho que la película contaba los problemas de una persona y que África era el telón de fondo. Digamos que asimilé el folclor local, pero luego hice como si lo olvidara, lo aparqué en el inconsciente".
El jardinero fiel se benefició de las mañas de Javier Paxariño con los instrumentos de viento más exóticos. Buena parte de la grabación se hizo en los estudios londinenses de Abbey Road, "que impresionan", afirma Iglesias; "aparte de los Beatles, por allí pasaron Von Karajan, Rostropóvich o Elgar, que lo inauguró. Conté también con Ayub Ogada, un músico de Mombasa que canta dos canciones en la banda sonora, está en el sello de Peter Gabriel. Ayub toca el nyatiti, una lira africana muy flipante, y descubrimos que encaja con el ronroco, que es una especie de charango boliviano. Esas locuras son experimentos que te permite el presupuesto de una película de Hollywood".
El compositor vasco tuvo otra aventura internacional más frustrante, al pedirle Oliver Stone ilustrar su documental Comandante: "Stone parecía dudar entre reconocer su admiración visceral por Fidel Castro y la constatación universal de que se trata de un dictador. Su talante crítico cedió ante su profundo respeto por el poder, o así lo veía yo. Quería plantearle esa ambigüedad política, pero le esperé dos días en un estudio californiano ¡y no se presentó! Así que me volví a Madrid y seguí mi intuición personal: huir de la hagiografía, nada de himnos".
En esta ocasión quiere disfrutar del viaje a California y de toda la experiencia de los Oscar, que se entregan el 5 de marzo. "Lo llevan peor mis padres, que están sufriendo toda la angustia de los candidatos", se ríe.
"Racionalmente, sé que competir en un quinteto de películas donde dos llevan música de John Williams, vamos, no es una situación muy esperanzadora. He escuchado lo suyo en Memorias de una geisha y hay melodías muy pensadas para complacer; lo mío para El jardinero fiel es -creo- más arriesgado. El trabajo de Gustavo Santaolalla para Brokeback Mountain también me resulta admirable". Pausa para especular si usar compositores improbables -un argentino, para una historia del moderno Oeste; un español, para un drama que se centra en África- es una manera de huir de los tópicos. "Es posible que guste nuestra contención, el deseo de evitar el lujo orquestal. Hollywood está buscando miradas frescas: Meirelles es brasileño y Ang Lee viene de Taiwan".
Iglesias ya está preparado si llegan nuevos encargos internacionales. "No me veo instalado en Los Ángeles, aquí está mi equipo. Por si el 5 de marzo no llego a subir al escenario del Kodak Theater, desearía contar aquí que tengo dos manos derechas: José Luis Crespo, ingeniero de sonido extraordinario, y Javier Casado, que está en todo el proceso, desde preparar partituras a seleccionar músicos. Lo he recordado preparando los discos de El jardinero fiel y Volver. Una cosa es el score, que te suele exigir fragmentos breves, y otra montar un disco que sea una experiencia estética completa, no un simple souvenir de la película".
En Volver, Alberto no recurre a folclorismos manchegos, aunque "hay ecos, incluso una referencia a la zarzuela La rosa del azafrán. Creo que Pedro está muy inspirado, y eso siempre te sirve de acicate. En canciones, encargó a Estrella Morente una adaptación por bulerías del tango Volver, que ha quedado preciosa". Todavía no ha compuesto nada para Caótica Ana, que Medem comienza a rodar el 13 de febrero. "La cruz del compositor de cine es renunciar al estilo propio. Eres un extraño a las órdenes de alguien que igual tiene una visión del mundo que no es la tuya. El ego lo debes dejar en el ropero".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.