Favorito Unicaja

A diez días de uno de los grandes acontecimientos de la temporada, la Copa, y aunque resulte una consideración a la que normalmente nadie quiere hacerse acreedor, un equipo se está ganando semana tras semana la etiqueta de gran favorito. No es otro que el Unicaja, malagueño, que lleva un 2006 impoluto. La racha es llamativa, pues combina importantes victorias nacionales con éxitos en la Euroliga sólo al alcance de los elegidos. Akasvayu, Forum, CSKA y Partizán han caído en el Martín Carpena. Real Madrid, Etosa, Pamesa, Ulker, Mostepaschi y Panathinaikos lo hicieron ante su público. Nombres ilustres, campos muy complejos, situaciones de juego extremas, lesiones de hombres importantes... Nada ha podido parar a un colectivo que en estos momentos parece un peldaño por encima de todos con los que se va a encontrar en Madrid la semana que viene.

Con la única excepción de su triunfo en la Copa de la temporada pasada, Unicaja se ha pasado unos cuantos años apuntando maneras de candidato cualificado, pero que finalmente se quedaba a las puertas de los grandes títulos. Por unas cosas o por otras, el botín que recogía parecía escaso para su interés, el apoyo inquebrantable de una afición modelo y la ambición que les movía para no quedarse en simples animadores de la competición. A la hora de la verdad, les faltaba algo de valor añadido. Pudo ser una falta de convicción en sus posibilidades, la capacidad de ser competitivo en cualquier situación o la suficiente combinación de fuerza, talento y jugadores determinantes.

Después de mucho buscar, todos los indicios apuntan a que, definitivamente, Unicaja tiene un equipo de primer orden, capaz de obtener cualquiera de los tres objetivos a su alcance, título europeo incluido. El perfeccionismo técnico y táctico de Sergio Scariolo ha encontrado un colectivo capaz de ponerlo en práctica. La profundidad de la plantilla ha posibilitado atender a dos exigentes competiciones sin pagar el peaje de otras temporadas y los retoques de Santiago y Brown están resultando un acierto. Cualquier aspecto del juego puede ser cubierto, cualquier situación puede encontrar una buena combinación de jugadores para hacerla frente. Habiendo hombres importantes, no sufren dependencia insuperable de ninguno. Necesitan a todos, pero son capaces de no echar en falta a ninguno. Y cuentan con líderes complementarios. En la dirección, en la ejecución y en el vital apartado anímico. Nadie mejor que Berni Rodríguez ilustra esta última virtud. Eficaz defensor, incisivo atacante, inasequible al desaliento, su impacto en la cancha suele ser inmediato. Un pieza más, otra poderosa razón para entender por qué Unicaja, le guste o no, llegará a Madrid siendo el enemigo más temido.