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El juicio del sevillano Javier Villanueva se inicia en Bolivia

El sevillano Javier Villanueva, de 29 años, será juzgado a partir de hoy en Bolivia como presunto autor del asesinato de una fiscal, por el que lleva detenido casi dos años y que le puede acarrear una condena de 30 años de cárcel.

Villanueva pasó ayer las horas previas al inicio del juicio oral en el apartamento del centro de la ciudad boliviana de Santa Cruz donde cumple, bajo una fuerte vigilancia policial, un arresto domiciliario desde el pasado 14 de noviembre. Acompañado de su novia, Carola Torres, su padre, Francisco, y la esposa de éste, el sevillano repasó con sus abogados los detalles del proceso en el domicilio, un estudio de unos 30 metros cuadrados, con televisión por cable, un baño, una cocina y un sofá-cama que despliega por la noche para dormir.

El padre del joven afirmó que su hijo está viviendo las horas previas al juicio "con mucha incertidumbre, pero también con mucha esperanza". Villanueva aseguró que el joven "quiere demostrar su inocencia", para lo que pidió que "se respeten las garantías constitucionales" del acusado.

Las críticas de la familia al sistema judicial boliviano han rodeado este caso desde hace dos años, cuando el joven denunció haber sido objeto de abusos de las autoridades policiales en el momento de su detención, el 28 de abril de 2004. Aquel día, según su versión, fue torturado durante seis horas en un lugar clandestino hasta que se declaró culpable en un vídeo que fue difundido por las cadenas de televisión locales.

Hematomas

Tras obtener un examen médico que revelaba la existencia de hematomas en su cuerpo, la Embajada de España en La Paz envió una nota verbal de queja al Ministerio de Exteriores boliviano, que justificó las marcas por el forcejeo en la detención. El Defensor del Pueblo de Bolivia, Waldo Albarracín, denunció esta circunstancia y advirtió de que puede crear vicios de nulidad en el juicio.

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Además, la defensa y la familia de Villanueva han denunciado la intromisión en la causa del Departamento de Drogas Estadounidense (DEA) en una trama que involucraría también a la fiscal asesinada, Mónica Von Borries, y al italiano Marco Marino Diodato, señalado como el líder de la banda que cometió el atentado en el que falleció la mujer.

Al español y al italiano se les acusó en noviembre de 2004 de ser los autores materiales de la acción criminal, perpetrada con un explosivo camuflado en el vehículo de la fiscal el 27 de febrero de aquel año, en la ciudad boliviana de Santa Cruz. Diodato y otro de los presuntos integrantes del grupo, el brasileño Sandro de Carvalho, están en paradero desconocido.

Sí estarán en el juicio otro brasileño, Ricardo Borba, y el boliviano Freddy Hurtado, imputados también por su supuesta colaboración en el atentado. El juicio se podría prolongar durante más de un mes.

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