Buenos y baratos, pero relegados
La industria de genéricos afirma que no se han cumplido las expectativas para el sector
Alentada por las fuertes expectativas del naciente mercado de los productos farmacéuticos genéricos, creado por un decreto del año 1997, la familia Díaz Varela decidió apostar ese mismo año por la nueva actividad. Compraron una vieja planta de Roche, en Tarrasa, y tres años después sacaban a la calle los primeros productos.
"Hagan lo que hagan y digan lo que digan las multinacionales farmacéuticas", advierte Balaguer, "los genéricos han venido para quedarse"
"Pese a que, entre todos, comercializamos 115 principios activos", explica Rodrigo Román, "sólo facturamos unos 600 millones de euros"
Seis años después, Kern Pharma factura apenas unos 22 millones de euros en el negocio de genéricos. El restante 75% de su facturación procede de otras actividades, como la fabricación de medicamentos de marca para multinacionales como Bayer o Sandoz. "El mercado ha ido bastante más despacio de lo que todos esperábamos", comenta Raúl Díaz Varela, director general de Kern e hijo del fundador. "Si es cierto que en Kern crecimos en genérico un 30% el año pasado, no es menos verdad que partimos de un nivel muy bajo".
Opinión compartida por Rodrigo Román, director general de Ratiopharm España, filial de la alemana Ulm y que actúa en más de 55 países. "Se esperaba", dice THT, "que España, ya con tantos principios activos como en la UE, alcanzara la media europea entre 2005 y 2007 y no superamos el 5,3% del mercado total de medicamentos en valor".
Gasto farmacéutico
Un mercado que, según Juan Luis Fernández Balaguer, presidente de Aeseg, la asociación de fabricantes de genéricos, "supone más del 40% del gasto farmacéutico en EE UU y el 25% en Europa (un 35% en el Reino Unido o un 40% en Alemania)".
El incumplimiento de las expectativas ha generado serios problemas a decenas de empresas (de un total de 137 que comercializan estos productos) que apostaron en su día por el nuevo mercado. Pese a que el mercado está creciendo a cifras de dos dígitos, su volumen de negocio sigue siendo tan bajo que no le permite a las empresas que operan en el sector la masa crítica suficiente para rentabilizar las inversiones efectuadas. Muchas empresas del sector no facturan más que cuatro o cinco millones de euros.
"Algunas han cerrado", apunta Juan Luis Fernández Balaguer, "y buena parte de las demás siguen en números rojos".
Entre ellas, la suya, Sandoz España, filial de Novartis, de la que es director general, y que ostenta el liderazgo en nuestro país, con 70 millones de euros de facturación. "Esperamos, si todo va bien", dice, "entrar en beneficios este año".
"Pese a que entre todos comercializamos 115 principios activos", explica Román, "sólo facturamos unos 600 millones de euros. Las de medicamentos de marca, con sólo de estos principios activos, logran 1.000 millones". Y esto que en Ratiopharm no pueden quejarse. La empresa logró un fuerte incremento de su facturación el año pasado, lo que ahí se explican "por el acierto en la selección de productos y el gran esfuerzo comercial y de promoción que hemos hecho".
En el sector de medicinas de marca se cree que la valoración realizada por los empresarios de genéricos es exagerada. "Se trata de un sector que lleva en España seis o siete años", apunta Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, "mientras que en Alemania ya llevan 30 o 40".
Entre los empresarios de genéricos se cree, sin embargo, que los sucesivos gobiernos y buena parte de las comunidades autónomas no sólo no han apoyado al sector (con una mayor concienciación de pacientes y médicos). "Sigue existiendo mucha desinformación", afirma Mari Carmen Cruzado, jefa de I+D y Calidad en la división de Farmacia de Ercros. "La población e incluso parte de los médicos identifican producto con inferior calidad".
En el sector acusan, además, a la Administración de haber tomado decisiones que lo perjudican. "Una actitud que no entendemos", comenta Román, "teniendo en cuenta que la Administración nos invitó a entrar en esta actividad y que los genéricos son el único medio real de bajar el precio de las medicinas". Se muestran especialmente críticos con el sistema de precios de referencia, adoptado por el anterior Gobierno para acelerar la bajada del gasto sanitario, y que atañe únicamente a los productos basados en principios activos que hayan perdido la patente.
Todos los profesionales consultados coinciden en que la fijación de estos precios (que se determina a partir de la media de los tres más baratos) ha perjudicado a los genéricos, ya que ha reducido la diferencia de precios entre éstos y los de marca. Tampoco les gusta la ley del medicamento, actualmente en trámite, que prevé una bajada en los precios del 20%. "No obligará a bajar también los precios de los genéricos, lo que agravará la situación, ya muy difícil, de muchas empresas", apunta Díaz Varela.
Dado este escenario, no sorprende que el sector haya puesto el grito en el cielo ante la presentación de una enmienda de CiU a la Ley Antipiratería, que pretende armonizar la legislación española de patentes farmacéuticas con Europa. Tras su entrada en las comunidades europeas, España disfrutó de un periodo de transición en patentes farmacéuticas, hasta 1992. Esto ha provocado que la patente de determinadas medicinas expire antes en España que en Europa.
En Farmaindustria reconocen que se han pedido soluciones jurídicas a una situación que, en su opinión, no es justa. "No es lógico", explica Humberto Arnés, director de la patronal de la industria farmacéutica, "que determinados medicamentos mantengan su patente en Europa, y en España la pierdan". Se trata de una circunstancia que hay que corregir, ya que, dice, "fomenta el comercio paralelo y es dañina para la industria innovadora, la que invierte en I+D y genera nuevas especialidades".
Patentes y marcas
De triunfar la enmienda, dicen en el sector, toda una serie de medicinas de marca de gran venta, a punto de perder la patente en España (con facturaciones de hasta 200 millones de euros al año, según Román), pasarían a estar protegidas hasta 2012, durante cinco o seis años más. "Esto no sólo significa", comenta Román, "que las medicinas en cuestión le costarán más dinero al sistema sanitario, que tendrá que pagarlas a precio de marca (unos 4.000 millones de euros), sino que muchas empresas de nuestro sector, que contaban con poder empezar a comercializarlas como genéricos y ampliar su facturación, podrían verse fuera del mercado".
"Quieren sacarnos del sector", afirma el presidente de Aeseg, asociación que ha iniciado una serie de iniciativas junto al Gobierno y los partidos políticos para frenar la aprobación de la enmienda "porque contribuimos a bajar los precios".
Pero, decepcionantes como han sido, las dificultades sufridas por el sector no parece que les hayan roto definitivamente la moral. "Hagan lo que hagan y digan lo que digan las multinacionales farmacéuticas", advierte Balaguer, "los genéricos han venido para quedarse. No hay otro camino que ése para controlar el gasto farmacéutico".
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