Esperando urgentes reformas

La economía mexicana no ha logrado consolidar el favorable escenario externo generado por los elevados precios del petróleo. Los datos preliminares indican que su PIB crecerá un 3% en 2005, debido a la ralentización de las exportaciones a EE UU y del consumo interno. México continúa sin realizar las urgentes reformas fiscal y del mercado energético.

El bajo crecimiento registrado en el último trimestre de 2005 se debe al efecto de los huracanes que azotaron Cancún hace unos meses

La economía mexicana no ha logrado consolidar el favorable escenario externo generado por los elevados precios del petróleo

La economía mexicana habría crecido un 2,9% durante el último trimestre del año pasado, confirmando las estimaciones más recientes que señalaban que el país crecería un 3% durante 2005. Estas cifras están por debajo del 3,8% proyectado en enero pasado y muy lejos del 4,4% registrado en 2004. México pareció comenzar una etapa de consolidación hace dos años, pero estos datos dan cuenta de una ralentización que preocupa a los analistas.

Para el Gobierno, el bajo crecimiento del último trimestre, por debajo del 4,9% registrado en el mismo periodo de 2004, se debe al efecto de los huracanes que azotaron Cancún hace un par de meses y el daño que provocaron en el sector industrial y agropecuario. El Ejecutivo mexicano estima la caída del sector agrícola en un 10%, lo que, según las estimaciones del Banco Central de México, ha generado la pérdida de medio punto porcentual en el PIB.

'Efecto China'

Los analistas creen que los problemas de la economía son más estructurales. Esto explica que las exportaciones se desaceleraran durante el curso pasado a pesar del repunte histórico de los precios del petróleo. Esto se ha sumado a problemas internacionales como la caída del sector manufacturero estadounidense, que sólo creció un débil 3%, cuando el país elevó su PIB un 3,5%. México envía casi el 90% de sus exportaciones a EE UU, por lo que cualquier movimiento en la primera económica del mundo afecta a su vecino.

Con todo, México no ha podido adaptarse a la competencia del sector manufacturero chino, país que durante el curso pasado le ha desplazado como el segundo exportador hacia EE UU. Como consecuencia de la desaceleración de los envíos de manufacturas -el 80% del total exportado-, la producción del sector apenas creció un 0,9% hasta septiembre, mientras que las exportaciones totales aumentaron un 12,0% en ese mismo periodo, dos puntos menos que en 2004. Los datos oficiales señalan que este indicador cerró el año pasado con un alza del 19%.

Otro elemento en contra de la economía mexicana es su creciente dependencia de las exportaciones de petróleo. Los ingresos obtenidos por la venta de crudo se incrementaron el año pasado por encima del 50%, con lo que supone ya el 38% del total de la recaudación por impuestos del Gobierno central, frente al 26% generado al inicio de los años noventa. El petróleo ha sido en estos dos últimos años el motor del crecimiento, lo que ha convertido a México en una economía muy sensible a los precios internacionales.

Medidas aparcadas

Los analistas señalan que México continúa aparcando las necesarias reformas estructurales que mejoren la competitividad internacional del país. En este sentido son claves las modificaciones del régimen fiscal de las empresas públicas, como Pemex, y la modificación de los sectores energéticos, para dar paso a una inversión extranjera con mayor dinamismo.

No obstante, a favor de México juegan sus ordenadas cuentas públicas, que han logrado reducir el déficit fiscal hasta el 0,1% del PIB durante 2005, el nivel más bajo logrado por la Administración de Vicente Fox. Desde 2003 no supera el 0,6% de desequilibrio anual. La deuda pública de México, que llega al 25% del PIB, tampoco es un tema que preocupe, y el desempleo se mantiene en un 3,6% de la población, aunque con un elevado nivel de empleo informal.