Navarro Baldeweg, en el 'stand' de EL PAÍS

Como prueba de la versatilidad del artista cántabro, la caseta de EL PAÍS acogerá una pintura seriada en seis paneles y titulada La mano, junto a un parasol diseñado para el edificio de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona y una maqueta de la cubierta, vista desde el interior, del complejo del Palacio de la Música y de las Artes Escénicas de Vitoria. En una entrevista que se publicará mañana en el EPS, de EL PAÍS, Navarro Baldeweg define su trabajo como "explorar y conseguir frutos de aquí y de allá, no sólo uno". "También es aplicable", añade, "a la arquitectura y a la escultura, son manifestaciones que en el fondo persiguen cosas parecidas, nos conducen a los mismos lugares. El artista debe hacer de todo, probar de todo, como Leonardo da Vinci; trabajar en una máquina, observarla, construir con la mano, ponerla en funcionamiento es similar a mezclar los colores, en todo eso hay un eclecticismo natural, y yo soy un ecléctico".

Juanjo Oliva ha diseñado el vestuario de las azafatas de la caseta

Desde que en 1993 EL PAÍS in

vitara a Miquel Barceló a exponer obras en la caseta del periódico en Arco, otros artistas de primera fila han ocupado el mismo espacio: Fernando Botero, Antonio López, Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, José María Sicilia, Pablo Palazuelo, Eduardo Arroyo, Cristina Iglesias, Luis Gordillo, Manuel Valdés y Carmen Laffón.

Por otra parte, en la elección del diseñador del vestuario de las azafatas del stand ha primado la apuesta por la joven creación española. Cuatro son las colecciones que, hasta el momento, ha presentado Juanjo Oliva, madrileño de 34 años, en la Pasarela Cibeles. Su sello, la limpieza en el corte de siluetas extremadamente femeninas y un atrevido uso del color aprendido de su maestra, Sybilla. Con la tercera de ellas consiguió, en 2005, el premio a la mejor colección joven. Pero es de la segunda de donde ha tomado la inspiración para el espacio de Arco. "En dos presenté una serie llamada Aeropuerto que jugaba con la imagen de las azafatas y con las formas de una gabardina. Eso se combinaba con cinco colores muy puros de una obra de Sean Scully que vi en una exposición de pintura minimalista en Nueva York. Así que me pareció el punto de partida perfecto para este proyecto, ya que reunía la imagen icónica de las azafatas y la referencia artística", cuenta Oliva mientras ultima los preparativos de su quinta colección que se presentará el 17 de febrero en un desfile en la Pasarela Cibeles.