El cristal de plomo

Cada vez que Pilar Elías entra o sale de su casa tiene que pasar por la cristalería del hombre que mató a su marido. Con frecuencia, dice ella, Kandido Azpiazu se planta en la puerta de su tienda en actitud desafiante. El programa Diario de... (Tele 5) dedicó el miércoles su reportaje a esta terrible vecindad en la localidad vasca de Azkoitia. La presentadora, Mercedes Milá, se paseó por esas calles para recordar el asesinato del concejal de UCD Ramón Baglietto a manos de ETA en 1980. Los ejecutores, Kandido Azpiazu y José Ignacio Zuazolazigorraga, condenados a 49 años de cárcel, salieron en libertad diez años después. Un hecho da un giro aún más dramático al caso. Baglietto salvó la vida de Azpiazu cuando éste era un bebé. Kandido lo niega. Dice que esa historia "no le consta", que no se arrepiente de haber matado a Baglietto, y que en todo caso "la situación en ese momento era así, y había que hacerlo". El reportero de Diario de... utilizó una cámara oculta para grabar la larga conversación con el etarra. Curiosamente éste se prestó a la entrevista, contestó a todo, aunque desde el principio amenazó al reportero con el gesto de cortarle el cuello si éste publicaba algo. Zuazolazigorraga también fue requerido por el periodista, pero habló poco. Tampoco se arrepentía de haber matado. El programa entrevistó ampliamente a Pilar Elías (cuando se refería a Azpiazu de niño le llamaba "Kandidito"), muy firme, muy segura. Dijo muchas cosas Azpiazu. No sabía que era grabado, pero ¿por qué respondió a todas las preguntas? ¿Por qué quería hablar? De todas formas, no se salió del guión estrecho del militante. Ni un movimiento hacia la comprensión. Entre él y ella sigue habiendo un cristal de plomo.

En el programa hablaban víctimas y verdugos. Milá se encargó de dejar claro de parte de quién se estaba. Pero lo singular de este reportaje, su fuerza, está en su punto más frágil: la entrevista se obtuvo clandestinamente. Pudimos ver sin filtros cómo funciona la mente y el mundo de ese hombre. La pregunta es: ¿valió la pena emitirla?