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El 60% de los jóvenes afirma que no siente interés por la política

Un estudio revela que el empleo es el factor que más les moviliza

Seis de cada diez jóvenes de 15 a 24 años vive de espaldas a la política. El compromiso político o social no forma parte de sus sueños. Un estudio elaborado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadición (FAD), el Instituto de la Juventud (INJUVE) y la Obra Social de Caja Madrid revela que cambiar el mundo no es un reto para gran parte de los jóvenes entre los 15 y los 24 años. Sólo el 39% de los encuestados muestra interés por la política: de estos, más de la mitad asume las fórmulas establecidas, mientras que un 18% abandera posturas alternativas y de confrontación con el sistema. De acuerdo con este caleidoscopio, los responsables de la encuesta establecen cinco tipologías de jóvenes: indiferentes, escépticos, apolíticos, de partido y proactivos. Los primeros son los más numerosos (casi un tercio del total) y marcan el discurso dominante y la imagen generacional, identificada con un pragmatismo descreído o "un pasotismo desesperanzado", en opinión de Eusebio Megías, coordinador del estudio.

La democracia les parece la opción natural y el voto, considerado más un derecho que una obligación ciudadana, es la forma de participación más aceptada, seguida de la manifestación y la huelga. Para los que se acercan a los 18 años, votar es un rito de tránsito hacia la madurez, como lograr el primer empleo o sacarse el carné de conducir.

Al definirse políticamente, las opciones mayoritarias son el centro (30,8%) y la izquierda (27,3%). La derecha y la extrema izquierda atraen a porcentajes similares, cercanos al 10%. Sólo el 2,8% se confiesa de extrema derecha. Pero este reparto ideológico es engañoso, ya que el 20% no se define, una actitud que generalmente enmascara posiciones xenófobas o autoritarias, recuerda Eusebio Megías.

El 1,25% participa en asociaciones políticas y el 0,75% en sindicatos.

Pero el 65% se movilizaría o arriegaría para conseguir trabajo, el 32% lo haría por la vivienda, y uno de cada tres "por el fin de las guerras", de modo genérico. Un 25% lo haría para mejorar el reparto de la riqueza.

Críticas a los políticos

El 70% se muestra ferozmente crítico con los representantes políticos, al estimar que defienden sus propios intereses y se mueven por razones partidistas, no por el bien general. La expresión "toman decisiones por nosotros, no en nuestro nombre", encierra una queja rotunda.

Sus valores y prioridades son otras: la búsqueda del bienestar y la gratificación inmediata en la vida cotidiana, y la defensa del orden social y del escenario familiar y público en el que se mueven. Las motivaciones altruistas ocupan un lugar intermedio en sus prioridades, y en último término, los valores políticos y religiosos. Mejías considera que se trata de valores bastantes estables, y que en buena medida, son un espejo de la sociedad adulta y de la educación recibida. Con algunas variaciones: según el estudio, los jóvenes hacen suyo el discurso predominante en la sociedad, pero entienden que, por edad, aún no les corresponde implicarse. Asumen el estereotipo de los adultos sobre ellos y admiten que están llenos de energía y que son hedonistas, pero saben que sólo es un paréntesis que acabará con su entrada en el mercado laboral. El estudio muestra que aceptan que ser joven es un privilegio, pero

aunque se ven capaces de cambiar las cosas, pocas son las que les estimulan lo bastante para querer cambiarlas. En este sentido, no se ven rebeldes, inconformistas ni reivindicativos. De la actualidad les preocupan la violencia de género, el terrorismo y los planes educativos y de vivienda. En el sondeo, en el que han participado 1.200 chicos y chicas de todas las comunidades autónomas, no se aprecian diferencias significativas por sexos, pero sí entre los diferentes tramos de edad.

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