La memoria de la Ría
Rialia, el Museo de la Industria, abre sus puertas en Portugalete para recordar el pasado de la siderurgia
La Casa del Mar, anclada al borde de la ría del Nervión en Portugalete como una atalaya que mira hacia su desembocadura, ha cambiado de destino. Ahora es la sede de Rialia, el Museo de la Industria, una exposición permanente destinada a mantener viva la memoria de la industrialización y de las personas que la hicieron posible en torno a la Ría en los siglos XIX y XX. El nuevo museo fue inaugurado ayer por la ministra de Cultura, Carmen Calvo, quien defendió la necesidad de proteger el patrimonio industrial como un acervo cultural común a los ciudadanos modernos.
La vocación del nuevo centro coincide en parte con el Museo Marítimo Ría de Bilbao, inaugurado en noviembre de 2003, volcado en la historia portuaria y marinera de la capital vizcaína. Rialia quiere situar el punto de vista del eje de la industrialización que fue la Ría precisamente en Portugalete, donde sus aguas llegan al mar. Para resumir la filosofía los promotores del museo han recurrido a una cita de Pío Baroja de 1918: "Yo no creo que haya en la península nada que dé más impresión de fuerza, de trabajo y de energía como esos 14 o 15 kilómetros de vía fluvial".
La exposición inaugural ocupa las cuatro plantas del inmueble
Rialia ha abierto sus puertas con la exposición Tres miradas sobre un paisaje: hombre, hierro, ría, que ocupa las cuatro plantas del edificio. En ella han cabido desde una humilde herramienta utilizada por los obreros en el nacimiento de la siderurgia en el siglo XIX hasta marinas pintadas al óleo que muestran las imágenes antiguas del puerto de Bilbao.
El alcalde de Portugalete, el socialista Mikel Cabieces, destacó que la apertura del museo supone un gesto de gratitud a quienes hicieron posible la industrialización y los cambios sociales, políticos y económicos que conllevó. "Lo más importante", añadió, "siempre han sido y serán las personas". Así que la primera parte de la exposición inaugural se ha dedicado a los trabajadores que protagonizaron la industrialización. La muestra aborda las condiciones de vida de los obreros siderúrgicos, la llegada de inmigrantes y el nacimiento de los nuevos movimientos políticos y sindicales. La siderurgia y las infraestructuras, como el ferrocarril y el puerto, y los servicios, la banca, que fueron necesarias para su desarrollo conforman la segunda parte de la muestra, que abre paso al estudio de las transformaciones que sufrió el paisaje de la comarca.
La mayoría de los fondos expuestos proceden de la colección de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), cedida por la SEPI al Ayuntamiento de Portugalete en 2002, compuesta por pinturas, maquetas y objetos diversos. Otras piezas han sido cedidas por los museos Marítimo y de la Minería y los archivos del BBVA y la Diputación de Vizcaya. También hay donaciones, como la escultura que ha entregado Agustín Ibarrola. Rialia ha contado con presupuesto de unos tres millones de euros, aportados en un 41% por el Ministerio de Cultura. El resto ha sido pagado por la SEPI (125.000 euros) y el Ayuntamiento portugalujo (1,5 millones).
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