José Mercé reivindica la grandeza y la diversidad del universo flamenco
El cantaor presentará su disco 'Lo que no se da' el 27 de febrero en el Teatro Real
José Mercé (Jerez, 1955) no deja de recordar que, con un millón de discos despachados, es el solista más vendedor de la historia del flamenco. El artista acaba de poner a la venta Lo que no se da, un álbum que le une con el productor pop Paco Ortega y que contiene temas frescos de Ortega y del músico gaditano Diego Magallanes Figuereo más dos versiones inesperadas: Mammy blue, de los Pop Tops, y What a wonderful world, de Louis Armstrong. El cantaor, que presentará su nuevo álbum el 27 de febrero en el Teatro Real de Madrid, reivindica la grandeza del flamenco.
Mercé ha citado a la prensa en Casa Patas. Así que la entrevista tiene hasta banda sonora: los vigorosos taconazos de las clases de baile que se dan en el piso superior. Aún de mañana, el lugar permite además gratos reencuentros: entra a saludarle Pedro Genil, flamenco histórico que vive en Venezuela. Sólo irrita a Mercé comprobar que ya no se puede fumar en el tablao.
El cantaor ha cambiado de productor: de Isidro Muñoz a Paco Ortega. Que no se busquen tres pies al gato, aclara: "Paco me llamó para cantar 'Mammy blue' en Vida y color, la película de Santiago Tabernero. Una vez grabada, seguimos en Musigrama probando cosas y, de repente, vi que teníamos bastante para un disco. Pues adelante, a Isidro le damos un descansito, y tan amigos". Lo que no se da volverá a reanimar el debate entre muchos devotos del flamenco, que piensan que Mercé ha rebajado su arte y que poco aportan al flamenco sus versiones de canciones externas: "Eso sí que no lo entiendo. La Niña de los Peines hacía cuplés, que eran el pop de su tiempo. Yo escucho a Louis Armstrong y le encuentro rajo flamenco, un eco de Manuel Torres. ¡Es que el flamenco es muy grande, y ni siquiera se circunscribe a España! El otro día un amigo iraquí me puso una grabación de su país que era una siguiriya pura y dura". Hay un punto de reto, admite Mercé. "También he llevado a soleá el himno de Andalucía. ¡Y el del Real Madrid, que soy merengue!". Cree Mercé que no traiciona a nada ni engaña a nadie: "Puedo actuar con Moraíto y un par de palmeros, pero prefiero hacer un concierto que mezcle las dos cosas, una primera parte tradicional y luego entra todo el grupo, que son nueve personas. ¿Sabes lo que me preocupa de mi actual posición? Pues que, de repente, son veinte familias las que dependen de mí".
Le indigna que el flamenco todavía no sea lo bastante respetado en España. "Hay emisoras que se niegan a pinchar a José Mercé, aunque sea pagando. No me cabe en la cabeza, después de haber tocado en Londres o Nueva York. Oye, que venían los yanquis -no te estoy hablando de latinos- al camerino llorando después de oírme cantar a palo seco".
Está orgulloso de varias audacias de Lo que no se da. El título, "que son unas alegrías que al final terminan en jota, como hizo La Niña de los Peines. Y Pienso, que es una soleá escalofriante. El tema que abre, Te pintaré, es nuestro homenaje a Picasso, incluso tiene una referencia al toro del Guernica. Hay que ampliar la temática del flamenco, no entiendo que en el siglo XXI sigamos dando la lata con el borrico y la venta".
Le gustaría sentar cátedra con una antología. "No se trata de alardear, simplemente quiero dejar para mi nieto, que está a punto de llegar, mi visión de los diferentes palos. Lo llevo meditando muchos años. Es posible que use esas letras que he ido acumulando pero que todavía no me atrevo a compartir. Soy muy pudoroso con mis sentimientos".
Babelia
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