Un papel creciente, pero limitado

La inmigración o, para ser exactos, las minorías étnicas juegan un papel creciente, pero limitado, en el deporte británico. Los deportistas nacidos en el extranjero o descendientes de inmigrantes tienen un protagonismo más o menos equivalente al que les corresponde por su peso demográfico. Pero el dato puede ser engañoso. En realidad, el atletismo centra mayoritariamente la participación de los que no pertenecen a la raza blanca. Fuera del atletismo, sólo el fútbol, el boxeo y, en menor medida, el cricket reflejan el éxito de la diversidad.

El Reino Unido no dispone de un programa de ayuda para los deportistas de élite que proteja a los inmigrantes. Ese tipo de medidas, que se financian sobre todo a través de las ayudas sociales y culturales que distribuye la lotería nacional, se destinan de manera genérica a la difusión del deporte infantil en barrios deprimidos. Pero el objetivo no es tanto aprovechar el potencial de las minorías étnicas para favorecer los éxitos deportivos del país, sino fomentar la integración social de los jóvenes, sean o no inmigrantes.

"La contribución negra al deporte británico viene de lejos. Empezó con el boxeo en el siglo XIX y durante la era colonial en el atletismo y el cricket", explica Horace Lashley, profesor de la Universidad de Reading y experto en el papel de las minorías étnicas en el deporte británico. "De forma más reciente, con las grandes inmigraciones de los años 50 y 60, cada vez hay más jóvenes negros de gran nivel, sobre todo en el atletismo, como Linford Christie y otros. Y también en el fútbol. Los asiáticos, más que los caribeños, han tenido un papel relevante en el cricket. Ha habido también algún éxito, pero de forma muy minoritaria en el rugby", comenta.

Unos 25 de los 211 deportistas británicos que participaron en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 eran de minorías étnicas o nacieron fuera del Reino Unido, lo que supone un porcentaje del 8,5%, en línea con las estadísticas generales del país. Sin embargo, un análisis más detallado permite observar que el grueso de esa presencia se concentra en el atletismo: 20 de los 58 eran negros. De las nueve medallas de oro en ese deporte dos fueron conseguidas por Kelly Holmes, mulata, en los 800 y los 1.500 metros, y la otra por los cuatro negros que componían el equipo de 4x100 metros: Darren Campbell, Marlon Devanish, Jason Gardener y Mark Lewis Francis. Amir Jan, pakistaní de origen, era el único boxeador británico en Grecia y consiguió una de plata. Pero no hubo ningún otro deportista de minorías étnicas, aunque sí algunos nacidos en el exterior, como el ciclista Charly Wegalius (Finlandia).

El fútbol es el único deporte, junto al atletismo, en el que triunfan los deportistas de color. De los 46 que la federación inglesa considera actualmente internacionales A, 15 son negros. Algunos tienen sitio fijo en el primer equipo, como Ashley Cole y Rio Ferdinand, o lo han tenido hasta hace muy poco, como Sol Campbell. Otros están ya en claro declive, como Emile Heskey, Darius Vassell o David James. Muchos están en auge: Wes Brown, Jermain Defoe, Jermain Jenas o Shawn Wright-Phillips. Y otros se han estancado o son aún una incógnita: Kieron Dyer, Anthony Gardner, Glen Jonson, Lesley King o Jlloyd Samuel.

El cricket ofreció jugadores indios o paquistaníes al equipo de Inglaterra tan temprano como en 1895, con Kumar Shri Ranjitsinhji, o 1929, con su sobrino, Kumar Shri Drleepsinhji. Pero apenas una decena figuran entre los 626 jugadores que han defendido al equipo nacional. Entre ellos destaca Nasser Hussain, nacido en Madras (India), internacional entre 1990 y 2004 y durante muchos años precisamente el capitán de Inglaterra.