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Apuntes

El peso de los incentivos sociales

"La escuela finlandesa, trasplantada a suelo español, también produciría ciudadanos españoles", señaló el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Enrique Gil Calvo, durante el primer acto del programa Conéixer de la Universitat, la jornada de orientadores que reunió a cerca de 350 personas, entre psicólogos y equipos directivos de institutos de bachillerato en la Facultad de Filosofía durante la semana pasada. Conéixer, organizado desde hace una década por el Servei d'Informació a l'Estudiant, pretende establecer puentes entre enseñanza secundaria y universidad, mediante un programa que contempla visitas guiadas a la universidad, charlas...

Para esta edición han confirmado la presencia más de 9.000 estudiantes, además de realizarse más de 60 charlas sobre las titulaciones de la Universitat, entre otras acciones. Pero antes de todo esto, se celebró la jornada coloquio en la que Gil Calvo abundó en la imposibilidad de que un sistema escolar como el español ataje el fracaso escolar en un entorno con unos sistemas de incentivos basados en el puesto fijo profesional e inmobiliario y no en la valía personal. "Aunque tuviera los programas docentes más modernos y las técnicas pedagógicas más eficientes, no podría impedir que los alumnos, por ósmosis social, se dejen influir por el sistema de incentivos vigentes". Entre los ponentes se encontraba Enrique Roca, vocal asesor del secretario general de Educación del Ministerio, que analizó el estado de la educación. Según el especialista, en 1970, España dedicaba en educación el 1,7% de su PIB, frente al 5,2% de media de la OCDE. El dato esperanzador es que 30 años después, en el año 2000, el país dedicó un 4,4% del PIB quedándose sólo a cuatro décimas de la corporación internacional. Además, en 2003 sólo el 19% de la población española de entre 55 y 64 años tenía educación secundaria superior frente al 51% de la OCDE. La menor diferencia se aprecia en el grupo de 25 a 34 años. En España, el 60% de este colectivo tiene estudios superiores, quince puntos menos que la media internacional.

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