Mauresmo gana el Abierto de Australia tras la retirada de Hennin-Hardenne
Con gesto compungido, apenado e irritado, Justine Henin-Hardenne respondió lacónicamente a la pregunta obligada de su rival. "El estómago", aseveró impotente a la vez que negaba con la cabeza. Se acabó el sufrimiento tras 52 minutos, 6-1, 2-0 y 0-30. La tenista belga acababa de retirarse de la final del Abierto de Australia, el primer Grand Slam de la temporada por problemas estomacales. Aunque un tanto apesadumbrada por la forma cómo ganaba, la francesa Amélie Mauresmo celebró sin reparos su victoria, la primera en un grande después de 13 años como profesional. Preecisamente, el título que se le negó en 1999 cuando cayó frente a la suiza Martina Hingis, que la tildó de "medio hombre". Una copa que levantó porque, entre otras cosas, ha superado tres rondas gracias a las retiradas de rivales y porque ha jugado sus cartas con inteligencia. Desde que ganara el año pasado el Masters a su compatriota Mary Pierce, también ha logrado solidez, confianza.
La victoria de ayer fue la tercera de Mauresmo en el torneo gracias a un abandono rival. Así los entiende ella: "Krajicek, en tercera ronda, no estaba bien por culpa de las altas temperaturas; Kim Clijsters, en semifinales, estaba un poco cansada -se torció el tobillo y estará ocho semanas de baja- y hoy ojalá hubiese sido distinto, pero el juego es así".
Mauresmo, que se dedicó al tenis después de ver ganar al francés Yannick Noah el Roland Garros de 1983, se coloca segunda en la clasificación mundial después de Clijsters. "Creo que soy la mujer que más orgullosa está de sí misma porque he logrado mis metas: ser número 1 [septiembre 2004], ganar la Copa Federación y conquistar un Grand Slam".
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