La UEFA sanciona con mayor dureza que España

La UEFA es más contundente que la federación española y sus comités al sancionar los incidentes ocurridos en los campos, como las agresiones a los integrantes del trío arbitral. El Roma puede dar fe de ello.

El 15 de septiembre de 2004, en el Roma-Dinamo de Kiev, de la Liga de Campeones, el árbitro sueco Anders Frisk recibió en la frente el impacto de un objeto lanzado desde la grada cuando se dirigía a los vestuarios tras pitar el descanso. Tuvieron que darle varios puntos de sutura y suspendió el partido. La UEFA sancionó al Roma con la pérdida del encuentro por 0-3 y le obligó a disputar dos encuentros a puerta cerradas. En uno de ellos recibió al Madrid, que ganó por 0-3.

La reglamentación española se inclina, en cambio, por reanudar los partidos suspendidos, pero a puerta cerrada. El Valencia también fue el afectado en el último encuentro de Copa suspendido por agresión al árbitro. El 7 de octubre de 2003, el colegiado Téllez Sánchez suspendió el Castellón-Valencia (m. 82), con 1-1 en el marcador, tras ser alcanzado por la batería de un teléfono móvil lanzado desde la grada después de dar un penalti a favor del Valencia. El Comité de Competición acordó que se jugase el tiempo que restaba en el mismo campo a puerta cerrada y clausuró el estadio del Castellón por cuatro partidos.

El 28 de enero de 1989, el árbitro Socorro González suspendió el Osasuna-Real Madrid de Liga (m. 43) por un petardazo a Buyo. El encuentro se reanudó en Zaragoza el 3 de mayo a puerta cerrada.

El 15 de mayo de 1977, el colegiado Sánchez Ríos suspendió el Valencia-Zaragoza de Liga tras señalar un penalti al equipo visitante. Se reanudó tres días después a puerta cerrada en el Bernabéu.

No se reanudaron, por contra, los partidos ligueros Castellón-Espanyol (1981-82), suspendido en el m. 85 (1-4); Almería-Real Sociedad (1979-78), m. 70 (0-0); Málaga-Rayo (1979-80), m. 86 (1-3), y Recreativo-Real Sociedad (1978-79), m. 83 (1-2).