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El asesino de un vecino de Albal se entrega a la Guardia Civil y la juez decreta el ingreso en prisión sin fianza

Ramón Heredia Muñoz, de 33 años, casado y con tres hijos, se entregó ayer a la Guardia Civil y confesó ser el autor de la muerte de su vecino Francisco S.D., de 40 años. El cadáver de la víctima, mensajero, fue encontrado en su casa el pasado 3 de enero. La familia avisó a la policía local al comprobar que Francisco no había ido a trabajar, no contestaba al teléfono, no abría la puerta y nadie le había visto. Había muerto de varios golpes realizados con un objeto contundente y diversas heridas de arma blanca. La investigación tardó escasos días en ponerle nombre al sospechoso: un vecino, Ramón Heredia, consumidor de estupefacientes, con antecedentes de trastorno psiquiátrico y posterior tratamiento, con episodios de alucinaciones. Pero Ramón desapareció nada más cometer el crimen.

Ayer, después de que intercedieran sus hermanas, aconsejado por el abogado, se entregó en el puesto de la Guardia Civil de Alfafar-Catarroja. Agentes del instituto armado le condujeron ante la juez de Catarroja que abrió la investigación. Tras prestar declaración, según la defensa del autoinculpado, la magistrada dictó auto de ingreso en prisión, comunicada y sin fianza, por un delito de homicidio.

Ramón Heredia explicó poco. No recuerda exactamente cómo ocurrieron los hechos. Dijo que se llevaba bien con su vecino, que discutieron, que se le aparecían imágenes de su mujer con él y que no sabe cómo ocurrieron los hechos que acabaron con la vida de Francisco. A pesar de que en el interrogatorio le preguntaron tanto por el objeto contundente con el que golpeó a la víctima y por el cuchillo, el ahora imputado aseguró no recordar.

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