La primera encíclica del Papa defiende la separación entre Iglesia y política
Benedicto XVI publicó ayer su primera encíclica, Deus caritas est (Dios es amor), un documento programático dedicado al amor, tanto al físico o erótico como al amor al prójimo, entendido como caridad que practica la Iglesia. El Papa, lejos de condenar el amor físico, el eros, lo defiende, aunque "disciplinado y purificado" dentro del matrimonio y con miras a la procreación. También analiza la tarea social de la Iglesia y recuerda que debe ser independiente de partidos e ideologías: "La Iglesia no debe emprender la empresa política de realizar la sociedad más justa". Da por "desvanecido el sueño" marxista y, ante la globalización, proclama la importancia de "la doctrina social de la Iglesia".
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