Un torneo "más exigente" que el Mundial

La cuestión no es ya cómo va a jugar España en el Campeonato de Europa de balonmano, que se inicia hoy en Suiza, sino si va a ser capaz de revalidar la medalla de oro, la primera de su historia, que consiguió en 2005 en el Mundial de Túnez. Hasta ese punto han cambiado las cosas. El Europeo es el primer gran reto de aquel equipo campeón y del seleccionador nacional, Juan Carlos Pastor.

España se enfrentará hoy (15.45, La 2) a Alemania. Un primer partido que va a marcar las pautas del futuro en la competición. El rival es de peso, como lo demuestra el oro que ganó en el Europeo de Eslovenia 2004 y la plata que consiguió en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y en el Mundial de Portugal 2003. "Creo que nos favorece la baja de Oleg Velyky [el motor del equipo] porque con Von Behren de central todo es más previsible", reconoce Pastor.

Superar a Alemania y luego a Francia y Eslovaquia, los tres rivales de la primera fase, se vislumbra como crucial para entrar con posibilidades en una segunda fase, la de los cruces, a la que se llegará con los puntos acumulados y en la que los adversarios sérán teóricamente más débiles: Polonia, Ucrania, Eslovenia o Suiza.

"Es mi primera experiencia en un Europeo", confiesa Pastor; "los jugadores me dicen que no tiene nada que ver con un Mundial. Hay mucha más exigencia. Todas las selecciones son buenas. Pero el equipo está a punto y detecto hambre de victoria".

En el cuadro hay ambición y humildad, tal y como exige siempre Pastor. Sin embargo, habrá que comprobar si la mentalidad de los jugadores ha cambiado; si no habrá que seguir estando pendiente de aquellos diez minutos nefastos que tantas medallas le costaron a España en el pasado o si, por el contrario, la nueva generación aportará la estabilidad psicológica y la capacidad de sufrimiento que ya demostró en Túnez.