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La Confederación del Júcar prevé reducir a la mitad el agua que da a los regantes para garantizar reservas

Sara Velert

Los malos augurios sobre las reservas de los embalses del Júcar y la previsión para los próximos meses se cumplen. El sistema del Júcar atraviesa una sequía "especialmente severa" que lo sitúa en el nivel de "emergencia" y en "el año histórico de menos aportaciones al río". Así lo advirtió ayer de nuevo el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Juan José Moragues, en la comisión permanente de la sequía -integrada por organismos públicos, regantes, empresarios y ecologistas-, a la que presentó las propuestas de "medidas especiales" para asegurar que en otoño se disponga de "unas reservas mínimas" que permitan afrontar 2006 "con alguna garantía".

El sector agrícola será el más afectado por las restricciones. La CHJ prevé reducir hasta un 60% las asignaciones de agua superficial del río a los regantes, y espera que compensen parte de la pérdida con el uso de pozos y recursos depurados. "En función de las posibilidades de recursos alternativos de las diferentes comunidades de regantes, como por ejemplo pozos de emergencia, se les dará agua superficial, teniendo en cuenta lo que ellos pueden completar, para tener unas cosechas mínimas que ellos mismos están estudiando", explicó Moragues en un receso de la reunión, "e intentaremos que todos tengan un volumen mínimo".

También se plantea una reducción dentro de lo posible del agua que necesita la central nuclear de Cofrentes. En el caso de los abastecimientos urbanos, el organismo mantendrá el suministro habitual, si bien espera que se ahorre al máximo -Valencia y Sagunto aumentaron en 2005 el consumo un 4%-. La CHJ aumentará hasta 56 hectómetros cúbicos las aportaciones del río Turia, en mejores condiciones, para el consumo de Valencia y Sagunto, de forma que se ahorre agua en el Júcar. En el caso de Albacete, Moragues prevé que la ciudad cubra en parte las necesidades de este año con la extracción de pozos. El suministro urbano "está totalmente garantizado", dijo Moragues.

El plan de actuaciones contra la sequía pretende "que cada usuario llegue a su límite técnico de búsqueda de otro recurso o de consumo de menos agua, con el fin de lograr un ahorro de hasta un 60% de agua superficial del río Júcar", resumió Moragues.Con las aportaciones actuales al Júcar, de mínimos históricos entre octubre y diciembre -120 hectómetros acumulados a finales de 2004 frente a los 70 del año pasado-, los embalses principales se vaciarían, por lo que las restricciones son inevitables. El sistema del Júcar alberga 250 hectómetros cúbicos y sólo suelta agua para el caudal ecológico. Moragues confía en terminar el año hidrológico, el 30 de septiembre, con entre 180 y 200 hectómetros cúbicos. Una reserva para un servicio mínimo en 2006.

El presidente de la CHJ criticó que en el Júcar se lleva "años sacando más agua de los acuíferos de la que es conveniente", por lo que se han reducido las aportaciones. En ese sentido, el sistema del Júcar afronta su sequía "más grave" porque "recoge la historia de una explotación excesiva" de aguas subterráneas, especialmente en Castilla-La Mancha. Sin embargo, Moragues restó peso a los pozos ilegales.

La situación en el Júcar es "de emergencia segura" por la reducción drástica de aportaciones de lluvias y acuíferos, y sus embalses principales están a sólo el 11% de su capacidad -tanto el norte de Castellón como la zona del Turia están en mejor situación-. Para alcanzar las reservas previstas en el Júcar en otoño, la CHJ calcula que los riegos de la Ribera Baja deberán reducir su consumo de agua superficial de los 305 hectómetros cúbicos del año pasado a 183. En la Ribera Alta, la reducción será de 316 a 158. En total, los usos agrícolas recibieron en 2005 del río 696 hectómetros cúbicos, mientras que este año sólo tendrán 363.

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Campaña difícil

Con esta previsión de recursos, aunque se cuente con pozos y agua depurada, "será difícil completar una campaña normal de riego", señalaron fuentes de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar, que integra a los regantes tradicionales del río. La falta de agua afectará a la calidad de los cítricos y pone en riesgo cosechas de hortalizas. Además, la organización recalcó que las restricciones de este año se calculan sobre unos recursos de 2005 que ya se vieron mermados un 25% el verano pasado para ahorrar. Los riegos de las riberas altas y baja tienen asignados en el plan del Júcar un total de 725 hectómetros cúbicos, pero en 2005 los afectados no recibieron más de 621. Los regantes, no obstante, entienden que no hay otro camino que trabajar con restricciones e intentar compensarlas con pozos y recursos que deberán aportar las obras de emergencias previstas, por valor de 30 millones de euros.

Mientras no llueva, "es el único planteamiento posible, es lo que hay", indicaron los regantes tradicionales. USUJ, sin embargo, no dejará de remarcar una vez más que Castilla-La Mancha utiliza básicamente aguas subterráneas, por lo que consideran que debería aumentarse la reducción del 65% prevista de aguas superficiales para esa comunidad.

"Habrá que apretarse el cinturón", declaró el presidente de los regantes de Sueca, José Pascual Fortea. "Prefiero una mala cosecha a no hacerla", explicó Fortea, quien confía en que podrán superar el bache.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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