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El nuevo túnel de O'Donnell conectará la Puerta de Alcalá con la M-30 a partir de abril

Gallardón ha quintuplicado la longitud del subterráneo que inauguró Manzano en 1999

El nuevo túnel de O'Donnell, que multiplica por cinco la longitud del original -de 290 metros a 1.441- y se convierte en el segundo túnel urbano más largo de España, será abierto al tráfico la primera semana de abril. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, visitó ayer las obras de un subterráneo que se tragará 35.000 coches diarios y permitirá llegar, sin semáforos, desde casi la Puerta de Alcalá -"el corazón mismo de la ciudad"- hasta la salida de Madrid por la M-30. El Ayuntamiento estudia que por él discurra una "línea exprés" de autobuses hacia el aeropuerto.

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El túnel de O'Donnell no se abrirá al tráfico hasta dentro de dos meses y medio, pero el gobierno municipal organizó ayer una visita a sus tripas para que los periodistas contemplaran el cale de la obra: el encuentro de las máquinas que excavan desde uno y otro extremo, y que pone punto final a la construcción propiamente dicha del subterráneo, después de 15 meses de obras.

A partir de ahora y durante las próximas 12 semanas, los operarios de la empresa Comsa se encargarán de asfaltar el suelo del túnel, colocar extintores, instalaciones de seguridad y ventiladores de extracción de humos, y embellecer la infraestructura para que Ruiz-Gallardón la inaugure "el próximo 7 de abril, día arriba, día abajo".

El alcalde se comprometió en campaña electoral a ampliar el túnel de O'Donnell para adelantar su boca de entrada, que quedaba justo frente a la puerta del hospital Materno Infantil. Pero más que ampliar el túnel original -inaugurado por el ex alcalde José María Álvarez del Manzano en 1999- lo que ha hecho la Concejalía de Urbanismo es construir uno nuevo, porque la longitud se multiplica por cinco: de 290 metros bajo tierra a 1.441 metros; o lo que es lo mismo: desde el cruce de O'Donnell con la calle de Alcalá hasta pasada la intersección con Doctor Esquerdo, frente al Pirulí de RTVE y la conexión con la M-30.

El de O'Donnell, concebido hace siete años únicamente para salvar la intersección con Doctor Esquerdo, se convertirá así en el segundo túnel urbano más largo de la capital y de toda España, sólo por detrás del de María de Molina (dos kilómetros) y ya por delante del túnel de Santa María de la Cabeza (1.118 metros).

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35.000 coches diarios

El túnel sigue siendo de dos carriles en un único sentido -salida de Madrid- y tendrá tres pozos de ventilación sólo para casos de incendio, porque, en circunstancias normales, el humo será conducido por 20 ventiladores hacia la boca de salida. Por el nuevo subterráneo, según calculan los técnicos, circularán cada día, al menos, los 35.000 vehículos que ya usaban el túnel original. Pero ahora penetrarán antes en el subsuelo. En superficie se mantendrán los cuatro carriles actuales (dos por sentido) y se dejará espacio para un carril-bici y una plataforma reservada para autobuses.

"Esta infraestructura va a comunicar, sin un solo semáforo, el corazón mismo de la ciudad, la calle de Alcalá a la altura del Retiro, con la M-30", presumió el alcalde. Será el segundo paso inferior que inaugure Ruiz-Gallardón desde que llegó a la alcaldía -el primero fue el de la glorieta de Cuatro Caminos- y aún le quedarán otros seis en este mandato: el desdoblamiento del túnel de Pío XII, el de Ventisquero de la Condesa, la conexión de Tetuán con la M-30, el enlace de Embajadores con la M-40, el bypass sur de la M-30 y el soterramiento parcial de esta vía con un túnel de seis kilómetros bajo el río Manzanares.

El proyecto inicial de Urbanismo consistía en adelantar la boca del subterráneo de O'Donnell un kilómetro, hasta la intersección con Menéndez Pelayo. Pero los vecinos se dieron cuenta de que esa fórmula sólo permitía dejar un carril, sentido salida, en superficie, lo cual congestionaría aún más el tráfico. Así que pidieron al Ayuntamiento que desplazase un poco más la boca de entrada del túnel, y a ello se comprometió la edil de Urbanismo, Pilar Martínez, el pasado marzo. El gobierno municipal aseguró entonces que esa modificación no retrasaría el plazo de ejecución de la obra y sólo incrementaría el presupuesto en cuatro millones de euros: de 22,4 a 26,4 millones. La primera parte la está cumpliendo; la segunda no: la obra costará finalmente 31,5 millones.

El túnel de O'Donnell tiene un gálibo de 4,5 metros, lo que significa que por él podrán circular camiones y autobuses (al contrario de lo que sucede en el de María de Molina). Ruiz-Gallardón afirmó ayer que el Ayuntamiento va a proponer al Consorcio Regional de Transportes la creación de una "línea exprés" de autobuses para unir el centro de la ciudad, "desde avenida de América o desde Cibeles" con la nueva terminal de Barajas -que se inaugura dentro de dos semanas- mientras no exista conexión por metro. Y aventuró que esa línea podría circular por el nuevo túnel para salir directamente a la M-40. "Es una idea, no un compromiso", matizó.

El regidor dice que le piden más obras

Éste es el año de las inauguraciones para Alberto Ruiz-Gallardón. Aunque la de ayer no fue exactamente una inauguración. Los periodistas estaban convocados al cale del túnel de O'Donnell, que consiste en que las máquinas que han ido excavando desde ambos extremos se encuentran por fin en un punto intermedio.

Alcalde, concejales y periodistas bajaron al subsuelo, se pusieron detrás de una de las máquinas, frente a un aparentemente inexpugnable muro de tierra, y asistieron a la demolición de esa última frontera vertical. Pero, tal y como admitieron más tarde en voz baja los ingenieros municipales, ese muro no era real.

El cale se había realizado un día antes, y la tierra se había recolocado después para poder celebrar el acto con toda solemnidad. "Lo hacemos así porque si no puede resultar peligroso, con tanta gente", se excusaron.

Poco antes de repartir café caliente entre los presentes -ateridos después de una hora en las profundidades- Ruiz-Gallardón aprovechó su discurso para arremeter con ironía contra el PSOE.

Días atrás, los socialistas habían exigido al alcalde que cumpla su compromiso con los vecinos y amplíe el túnel de Santa María de la Cabeza, una obra que no llevaba el PP en su programa electoral y a la que Ruiz-Gallardón, después de comprometerse, ha renunciado.

"El PSOE rectifica su discurso, y yo me alegro mucho. Es la primera vez que nos piden que hagamos más obras en lugar de pedirnos que las paralicemos todas. Les animo a seguir en ese camino", afirmó el alcalde. Desde el PSOE le respondió indignado el edil Félix Arias: "Lo que le pedimos es que priorice y planifique sus obras, que deje de improvisar".

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