Lección
Soy canario y a pesar de llevar más de 40 años viviendo en Madrid conservo el acento, con consecuencias imprevistas hace unos años como he podido comprobar hoy en la cola de asignación de citas del ambulatorio.
Durante la larga espera y al defender a los funcionarios, a cargo de los trámites, de las críticas de una señora de la misma cola, la tal señora, y algunas vecinas, confundiéndome con un emigrante suramericano empezó a arremeter contra mí y contra estos hasta que les dije que era canario. Mi acento que años ha se tomaba cariñosamente como un exotismo propio ahora puede ser motivo de imprecación. Ha sido una buena lección práctica, ya sé lo que se siente de primera mano.
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