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Arcelor compra Dofasco por 3.950 millones al ganar en la puja a Thyssen

El grupo europeo se convierte en el mayor distribuidor de acero para automoción

Arcelor se ha salido con la suya. El Consejo de Administración de la canadiense Dofasco ha decidido recomendar a sus accionistas que acepten la oferta de Arcelor de 50,41 euros por acción, al retirarse de la puja la alemana ThyssenKrupp AG. La compra por 3.950 millones, convierte a Arcelor en el mayor distribuidor global de acero de automoción y pone fin a una dura batalla por el cuarto productor de acero de EE UU. El presidente de Arcelor, Guy Dollé, y el de Dofasco, Brian MacNeill, destacaron ayer que la operación va a "generar valor" en ambas partes.

Para Arcelor, la segunda siderúrgica mundial, la compra de Dofasco era estratégica y ha sido celebrada como una victoria frente a su competidor Thyssen. Es la única manera de entender que el precio final se haya disparado 750 millones de euros, desde la primera oferta que lanzó por valor de 3.200 millones, hasta la última, por un total de 3.950. Las acciones de Arcelor se revalorizaron ayer un 2,77% al cotizar a 21,54 euros.

Arcelor, que nació de la fusión de la española Aceralia, la luxemburguesa Arbed y la francesa Usinor, había puesto su punto de mira en la canadiense porque le iba a permitir ser el mayor suministrador mundial -América, Europa y Asia- para la automoción. Algunas compañías como Ford así lo exigen.

Arcelor ya tiene un papel dominante en el mercado Europeo; presencia de primera línea en Japón junto a Nippon Steel; en Brasil con su propia marca, y en China junto a Bao Steel. Pero faltaba Norteamérica. Una plaza en la que Arcelor y Thyssen tienen similar interés.

La producción mundial anual de acero galvanizado para el automóvil es de 75 millones de toneladas, de las que 10 produce Arcelor y cinco Thyssen. Dofasco es el cuarto productor de EE UU, con un millón de toneladas, tras Mittal Steel (seis millones en EE UU), US Steel (cinco millones en EE UU) y AK Steel (dos millones en EE UU). Uno de cada 10 dólares que los fabricantes de coches estadounidenses destinan hoy al acero va a parar a Dofasco.

Arcelor sólo cuenta en este subsector del acero galvanizado con un 1% de la cuota en la zona Nafta (espacio de libre comercio que agrupa a EE UU, Canadá y México). Tras la compra se van a hacer con el 10% que actualmente tiene Dofasco. Además, es una plataforma para seguir creciendo en un mercado que el presidente de la dirección de Arcelor, Guy Dollé, considera fundamental.

Pero es que además la canadiense tiene una mina de mineral de hierro que ansiaba Arcelor, ya que, según fuentes del sector, puede proporcionar al gigante luxemburgués hasta el 20% de sus necesidades, con el consiguiente ahorro de costes.

Compradora y comprada ya eran unas viejas conocidas. Dofasco es uno de los mejores clientes de Arcelor Brasil, al que compra planchas de acero semiterminado para chapa de automóvil. Concretamente el 15% de la producción de Arcelor Brasil. Esta planta representa un tercio del Ebitda (beneficios antes de impuestos, intereses, depreciación y amortización) del grupo europeo. La planta está diseñada para crecer gracias a la demanda de EE UU.

Las dos compañías son socias en una planta de galvanizado en Ontario. El conocimiento mutuo hizo consolidar los deseos de compra de Dofasco, una compañía que tiene externalizados sus gastos sociales (planes de pensiones). Esa estrecha colaboración no impidió que durante el proceso hubiera enfrentamientos.

Disputa

Arcelor fue la primera en presentar una OPA por Dofasco el pasado 23 de noviembre. Pero su oferta de 3.200 millones (51 dolares canadienses por acción) por el 100% fue hostil pese a que estuvo seis meses negociando un acuerdo de compra con el Consejo de Administración de la canadiense. Llevaba desde primavera intentando negociar un precio. Thyssen entró en escena apenas cinco días después para animar la puja y firmó con Dofasco una oferta amistosa de 3.500 millones.

En vísperas de la Navidad Arcelor pujó al alza y aumentó en 400 millones de euros, un 12,5%, su anterior oferta, que pasó de 3.200 millones a 3.600, con pago en efectivo. Ya superaba en 100 millones a la de Thyssen. UBS y Merrill Lynch actuaron como asesores en esa oferta.

El pasado día 8 de enero Thyssen mejoró la última oferta de Arcelor que tuvo que responder con el precio que ya no ha podido aguantar Thyssen: 71,00 dólares por acción. Los accionistas se vieron beneficiados. El precio se elevó a 72 dólares, por encima de la oferta.

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