La fiscalía de Tokio ordena el arresto del fundador de Livedoor
El índice Nikkei de la Bolsa nipona perdió ayer otro 2,14%
La Oficina del Fiscal del Distrito de Tokio ordenó ayer el arresto de Takafumi Horie, el joven empresario fundador de Livedoor, uno de los portales de Internet más populares de Japón. Junto a Horie fueron detenidos otros dos ejecutivos de la compañía, todos acusados de haber difundido información falsa. El escándalo ocasionado por Livedoor provocó ayer otra caída en la Bolsa de Tokio, esta vez del 2,14%.
El culebrón Livedoor, que estalló la semana pasada con un registro realizado por las autoridades niponas en las oficinas de la compañía, ha desencadenado el pánico en los mercados japoneses. La Bolsa de Tokio se ha visto desbordada por las órdenes de venta de inversores temerosos de que las irregularidades detectadas en Livedoor sean comunes a otras compañías tecnológicas. El índice Nikkei perdió ayer un 2,14%, hasta colocarse en 15.360,65 puntos, aun cuando la detención de Takafumi Horie se conoció después del cierre de la sesión. Ese indicador acumula una pérdida del 4,66% desde principios de año. El Ibex español perdió 0,27% y acumula pérdidas en el año.
Horie, de 33 años, fundó Livedoor en 1996 con un capital de tan sólo 50.000 dólares (40.676 euros). Mediante una estrategia de agresivas adquisiciones, la convirtió en un gigante que la semana pasada, antes del registro en su sede, alcanzaba una capitalización de mercado de 6.000 millones de dólares (4.881 millones de euros). Encarnación nipona de los rampantes emprendedores de Internet que proliferaron en EE UU durante la pasada década, Horie desafió a la conservadora clase empresarial japonesa al intentar el año pasado la compra hostil de una filial de Fuji Television Network, la mayor cadena de televisión de Japón. Junto a Horie, fueron detenidos ayer el director financiero de Livedoor, Ryoji Miyauchi, y Fumito Okamoto, presidente de Livedoor Marketing.
Livedoor opera en España a través de Livedoor Interactive SL, antes denominada Ciberclick, cuya sede está ubicada en Barcelona, informa Amanda Mars. Un portavoz de la compañía, que cuenta con 15 empleados, señaló ayer que "pese a ser filial del grupo japonés, es totalmente independiente del mismo en cuanto a gestión y no tiene nada que ver" con las supuestas actividades financieras ilegales.
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