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Un estudio refleja que el 51% de los andaluces permitiría el botellón si no molestara a los vecinos

El 67,6% de los entrevistados defiende que se prohíba fumar en bares sin área diferenciada

Tereixa Constenla

El consumo de drogas, ilegales o no, ha descendido o se ha estancado en Andalucía en 2005 en todos los casos, a excepción del cannabis. El noveno informe Los andaluces ante las drogas muestra que el alcohol es la sustancia más consumida, seguido del tabaco. El estudio también indaga en el parecer de la población sobre algunas iniciativas como la prohibición del botellón, que respalda un 30%, el doble de los que opinan que debe permitirse sin límites. El 51%, sin embargo, propone que se autorice "únicamente si se ponen medidas para no molestar a los vecinos".

La novena entrega de Los andaluces ante las drogas, un informe que se realiza cada dos años para pulsar la evolución del consumo de sustancias adictivas en la comunidad por encargo de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social, indica que la mayoría de los encuestados es partidario de medidas más restrictivas que las incluidas en la ley que prohíbe fumar en los centros de trabajo. En junio de 2005, seis meses antes de la entrada en vigor de la nueva legislación, se realizó el trabajo de campo, a partir de 2.500 entrevistas domiciliarias con un margen de error de un 1,96%.

En pleno debate sobre la propuesta legal del Ministerio de Sanidad, los autores del trabajo incluyeron por primera vez una pregunta sobre el parecer de los andaluces respecto al consumo de tabaco en el sector de la hostelería. La respuesta denota la existencia de una tendencia más restrictiva que la impuesta por la nueva ley. El 67,6% de los entrevistados defienden que se prohíba fumar en lugares de hostelería y restauración cerrados que, por su tamaño, no dispongan de una superficie habilitada especialmente para fumadores. En contra de la medida se pronunciaron el 29,5%, mientras que apenas un 3% eludió decantarse.

El informe recoge una leve disminución de los fumadores diarios, que representan el 34,4% de los entrevistados, respecto a la edición anterior, elaborada en 2003. Desde entonces, un 16% de los consultados dejó de fumar. La edad media de inicio en el hábito del tabaco sigue siendo alrededor de los 16 años.

Más permisivos que antes

Sobre la actitud de la población ante otras drogas, el informe revela que la mayoría (77%) cree que debe sancionarse el consumo de las sustancias ilegales en lugares públicos, frente al 18,9% que muestra una permisividad total ante esto. En cualquier caso, los partidarios de reprimir el uso de drogas en la calle ha descendido paulatinamente desde 1989, cuando se elaboró la primera encuesta.

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En el ámbito privado, por el contrario, prevalecen las actitudes tolerantes. El 34,7% defiende que se permita el uso privado de drogas. Es un porcentaje muy similar al de quienes plantean que debe sancionarse de modo leve con multas o retiradas del carné de conducir o del pasaporte (34,1%). Aunque la permisividad en este terreno ha ido aumentando desde 1989, todavía un 24,7% de los encuestados cree que el consumo en un entorno privado merece una sanción penal. Los entrevistados también dan su visto bueno al programa de administración de heroína a los toxicómanos que estén en tratamiento.

Los resultados del estudio muestran una "estabilización en los consumos" que, según el director general para las Drogodependencias, Andrés Estrada, es "una consecuencia de las políticas de prevención". Después de desgranar los porcentajes relativos a cada sustancia, la consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro,se detuvo en la cocaína, la segunda droga ilegal más consumida tras el cannabis: "Tienen más riesgos añadidos que las otras porque va asociada al éxito, pero es una droga que mata y engancha para toda la vida".

La edad media de inicio en el consumo de cocaína es de 20,3 años, mientras que el mayor abuso se da entre los 25 y 34 años. El 2,2% de los encuestados había tomado cocaína en los seis meses anteriores a la entrevista, un porcentaje ligeramente inferior al de 2003.

La sustancia ilícita más consumida es el cannabis. Y es también la única que ha crecido en consumo en los dos años comparados por este trabajo. Esta tendencia creciente coincide, según Navarro, con la constatada en el ámbito estatal por el Plan Nacional sobre Drogas. El 9% de los entrevistados había consumido la sustancia en los seis meses anteriores, frente al 8% que lo habían hecho en 2003. Si se compara con hace una década, el aumento es aún mayor (en 1994 sólo declaraban haberlo consumido el 5,6%). La edad de inicio del consumo de cannabis oscila entre 15 y 17 años.

Por sexos, se observa que los hombres tienen consumos más altos en tabaco diario y alcohol abusivo, mientras que en los últimos seis meses en inhalables, cannabis, cocaína, éxtasis, anfetaminas, heroína, alucinógenos y crack. Las mujeres, por su parte, recurren más a tranquilizantes e hipnóticos (se refiere a los que carecen de prescripción médica). El consumo de estas sustancias es el más tardío: la edad media de inicio supera los 33 años.

Los autores del informe concluyen que el descenso se observa en cocaína, heroína, éxtasis y morfínicos, mientras que se han estabilizado en inhalables, crack, alucinógenos y anfetaminas. Más del 10% de los encuestados son policonsumidores (habían tomado dos o más sustancias en los seis meses anteriores a la realización de la encuesta).

Bebedores precoces

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en Andalucía: el 83,7% de los andaluces de entre 15 y 64 años lo han tomado alguna vez. Los mayores usos se dan en dos tramos de edades (21-24 años) y (25-34).

Los bebedores abusivos son más en fines de semana (el 10,5% de la muestra) que en días laborables (el 4,4%). El promedio es de 5,9%, lo que significa un descenso continuado desde 1994, cuando ese porcentaje era del 9,5%. Donde el estudio refleja un incremento es, sin embargo, entre los grupos más jóvenes (de 12 a 13 años y de 14 a 15). El informe indica que la proporción de mujeres abstinentes supera a la de los hombres.

La edad media de inicio en el consumo de alcohol es de 16,88 años, lo que representa una mayor precocidad que en el anterior trabajo, cuando la edad era de 17,15. Las respuestas de los entrevistados arrojan algunos datos preocupantes sobre el temprano acceso al alcohol: el 17,2% lo hizo cuando tenía entre 11 y 14 años e incluso hay un reducido grupo del 1,7% que lo hizo antes de cumplir 10 años.

Las preguntas sobre el botellón se circunscribieron a los menores de 30 años, ya que son quienes lo practican de forma mayoritaria. El 38,7% de los jóvenes había participado en alguno en los seis meses anteriores a la encuesta. Otro 19,3% aseguró que no había acudido nunca a una concentración semejante. El estudio también muestra que la participación en botellones "tiene una clara relación con el incremento de alcohol consumido".

A los que habían ingerido alcohol en el mes anterior al estudio también se les preguntó si se habían emborrachado en alguna ocasión. Respondieron afirmativamente un 29,7% de los entrevistados. Estos se desglosaban, a su vez, entre un 66,2% que lo habían hecho una o dos veces y un 27,4% que se había embriagado en más de dos ocasiones.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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