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Entrevista:ELENA SALGADO | Ministra de Sanidad y Consumo

"Soy de las que piensan que el tamaño no importa"

Pregunta. Usted, de tabaco, nada. ¿Pero costo fuma?

Respuesta. No, no.

P. ¿Pasará a la historia sólo por el cigarro o se ha lucido en muchas más cosas?

R. Yo creo que no pasaré a la historia, directamente. Al final, las leyes son de los Parlamentos, y ésta en particular es de los ciudadanos.

P. En el Consejo de Ministros, Elena Espinosa va de irreductible. ¿Piensa meterle un puro?

R. Noo [ríe]. Ella me dice, con razón, que cumple la ley, y que, como todos los ciudadanos, tiene derecho a fumar en privado.

P. ¿Y el presidente se atreve a fumar en su presencia?

R. Pues ya no.

P. Hablando de puros. ¿Declararía a Rajoy persona non grata?

R. No, no. Me parecería poco democrático. Prefiero discutir con él. Aunque no le tendría como compañero de un viaje a una isla desierta. Ni tan siquiera a una isla habitada.

P. ¿Y del Gobierno a quién se llevaría a la isla?

R. A nadie, porque no creo que me dieran permiso las mujeres de los que me gustan.

P. Pongamos que le salen permisivas.

R. Diría uno con el que me divierto mucho -Jordi Sevilla, que es mi compañero de banco, y es ocurrente y gracioso- y otro con el que me gustaría hablar más y cuyo pensamiento me parece muy interesante: Toño Alonso.

P. ¿Prefiere el pitillo al puro o es de las que piensan que el tamaño no importa?

R. Yo soy de las que piensan que el tamaño no importa.

P. No fuma, no bebe. ¿Demasiado virtuosa?

R. Qué va, qué va. Los principales vicios son los que se cometen contra uno mismo. Y yo cometo bastantes.

P. ¿Qué se hace?

R. Pues me quiero poco. Tal vez la austeridad un poco llevada al límite.

P. Un buen vicio, ¿solo o en compañía de otros?

R. Hombre, todo es más agradable en compañía.

P. Dicen que usted organiza estas campañas contra la obesidad o contra el tabaco para entretenerse, porque su ministerio se ha quedado sin competencias.

R. Bueno, yo creo que había huecos importantes en salud pública que responden a cosas no hechas. Y creo que está bien que este ministerio se dedique mucho a la prevención.

P. ¿Ese tipín es porque pasa más hambre que en la guerra?

R. No, no. Yo engordo, aunque poco, en Navidad y en verano. Pero no me cuesta estar delgada, y cuando la báscula señala tres kilos más, dejo de tomar dulces, o algo por el estilo.

P. De montañera, ha llegado a subir al Kilimanjaro. ¿Con qué más se atreve?

R. Con todo lo que se pueda subir con manos y pies.

P. ¿Y en la vida?

R. En la vida soy igual, pero más poquito a poco.

P. Es partidaria de la clonación terapéutica. ¿Clonaría antes a George Clooney, a Brad Pitt o a José Blanco?

R. Yo creo que a ninguno. Con uno de cada uno de ellos es suficiente.

P. ¿Y en Moncloa?

R. A José Enrique Serrano, jefe de gabinete del presidente. Pero no lo clonaría. En ese caso concreto me quedaría con el original.

P. ¿Los laboratorios farmacéuticos hacen vudú con su efigie?

R. Bueno. Si no eso, yo creo que me tienen en sus oraciones.

P. ¿Con su reiteración en posar para Vogue no teme que le corten un traje?

R. Que sea bonito y que me quede bien.

P. ¿A qué capricho sería incapaz de renunciar?

R. A un paseo por la montaña.

P. ¿Es feliz?

R. Sí.

P. ¿De qué se arrepiente?

R. Pues de casi nada. Tal vez de haber sido demasiado trascendente cuando era muy joven.

P. ¿Dónde se tatuaría el nombre de Zapatero?

R. Bueno, ¡qué horror!, ¿no? [ríe]. Es que no me tatuaría nada en ningún sitio. Y desde luego, el nombre del presidente del Gobierno jamás se me pasaría por la cabeza.

P. ¿Para quién se vestiría de enfermera?

R. Para El paciente inglés.

P. ¿Con qué se fuma un puro?

R. Con los exabruptos.

P. Gran Cruz del Mérito Militar. ¿Le hizo bien la instrucción a Narcís Serra?

R. No. Hice algo distinto: que el Ministerio de Defensa tuviera una estructura civil en los temas retributivos. Estoy muy orgullosa de la Gran Cruz.

P. Habla usted casi siempre con la vista baja.

R. ¿No le he dicho lo de la timidez?

Elena Salgado, en su despacho el pasado martes, demostrando ser la más flexible del Gobierno.
Elena Salgado, en su despacho el pasado martes, demostrando ser la más flexible del Gobierno.LUIS MAGÁN

PERFIL

Con 56 años y una hija, aficionada a la lectura y la música, la gimnasia, la natación y el montañismo, afirma que tiene de gallega la tendencia a la melancolía. Amante de la ópera, dice que le gustaría vivir "una gran pasión como Isolda". Disfruta con sus amigos de siempre, aunque piensa que "la soledad es un privilegio"

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