El fin del usted
Llamé el otro día al 1004 de Telefónica para presentar una reclamación. Me pasaron de departamento en departamento, siguiendo el curso de mi sucesivo cabreo. Hablé al menos con cinco teleoperadores diferentes. Pero todos me llamaron de tú. Me sorprendió.
Veo esta noche en televisión un anuncio del Banco de Santader -de esos filosóficos, cuasi metafísicos- teorizando sobre la palabra "cliente", sobre su significado y semiótica. La conclusión del breve spot es que el cliente debería ser "tú".
OK. Las grandes corporaciones han decidido que los usuarios hemos dejado de ser "usted". Seremos "tú". Lo venderán como una conquista de la cercanía y la igualdad. Dirán que en el idioma inglés -el del imperio- no hay distinción entre tú y usted.
Pero tú y yo sabremos por qué lo hacen, en realidad: porque ni el cliente es ya rey, ni tiene razón, ni les importa, en tanto que individuo, un bledo. Y puestos a tratarle, mejor de tú a tú, para que sepa cuál es su sitio, y no se suba a la chepa de nadie, sintiéndose halagado por un tratamiento demasiado respetuoso.
De lo cual le doy parte, señor director, por si tiene a bien Vd. publicar esta carta.
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