El homicida de Sevilla pactó su entrega
El padre de la niña atropellada en Sevilla se reconoce único autor de la muerte del conductor tras entregarse a la policía
Ricardo Suárez se encontró con su abogado, Javier del Rey, la tarde del pasado viernes en la localidad portuguesa de Ovar, a unos 30 kilómetros al sur de Oporto. Se saludaron con un apretón de manos y, tal y como habían acordado, emprendieron juntos un viaje hacia Ayamonte (Huelva) en el coche en el que había llegado el letrado. Sabían que en la localidad onubense, en el lado español de la frontera con Portugal, les esperaba la policía, pero se tomaron el viaje con calma. Hasta tuvieron tiempo de parar en una tienda de carretera para que Suárez comprara regalos para sus tres hijos, a los que no veía desde el pasado 8 de enero. Ese día inició su fuga tras matar a tiros a Gaspar García, de 64 años, un celador del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla que acaba de golpear con el coche a su hija.
Ricardo Suárez huyó de Sevilla a Oporto en autoestop y a pie, según su abogado
El homicida viajó para entregarse con tres abogados y un periodista de televisión
La entrega de Suárez, detenido por homicidio el viernes a las once de la noche nada más pisar Ayamonte, pone punto final a 12 días de investigación de la policía sevillana, que se había fijado esta captura como su prioridad absoluta. El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, insistió ayer en destacar que el hecho de que el homicida se haya entregado antes de que lo detuvieran no empaña el "éxito" de la investigación. La policía española, en permanente contacto con la portuguesa, le tenía "bastante localizado" desde hace tres días y el viernes ya conocía su paradero "con absoluta certeza", según López Garzón. "El autor se entregó porque era consciente de que en cuestión de horas, un día como máximo, iba a ser detenido".
La policía y el abogado de Suárez pactaron la entrega el pasado jueves. Unas horas antes, según explicó ayer el letrado, Suárez le llamó por teléfono. Quería saber cómo estaba su mujer, María Luisa Cortés, encarcelada desde hace más de una semana por su supuesta colaboración en el crimen del celador. Fue el abogado, según su propia versión, quien convenció al presunto homicida para que se entregara. Una vez que aceptó, el letrado informó a la policía y acordó la hora y el lugar de la entrega. La policía aceptó para evitar el trámite de cursar la orden de detención con las autoridades de Portugal. "El objetivo fundamental era ponerlo a disposición judicial. Y eso se ha conseguido", señala el delegado del Gobierno, que acudió ayer a la jefatura de la policía sevillana para felicitar a los tres grupos (homicidios, atracos y vigilancias) que han trabajado en la investigación.
En las casi diez horas que duró el viaje desde Oporto hasta el lugar acordado con la policía, Suárez y su abogado no viajaron solos. En el coche les acompañaban dos pasantes del letrado y un periodista de Antena 3, que grabó las últimas horas de la fuga y hasta el momento de su detención. Según ha explicado el abogado, el periodista era hermano de uno de sus pasantes. La cadena emitió ayer varios fragmentos de la grabación y de una entrevista concedida por Suárez antes de entregarse en la que el presunto homicida explica por qué mató al conductor que acaba de atropellar a su hija. El presunto homicida asegura que creyó que García era "un gitano rival del barrio" que venía a matar a la niña para vengarse de la familia Suárez.
El atropello ocurrió ante las puertas de un albergue juvenil propiedad de la Junta de Andalucía en el que 25 miembros de los Suárez llevaban 10 días refugiados para huir del asentamiento chabolista de El Vacie, donde el 27 de diciembre se habían visto implicados en un tiroteo.
Suárez asegura que cuando disparó al conductor estaba "borracho" y que descargó su pistola "sin pensarlo". "Disparé un puñado de veces. Quité el cargador, puse otro y volví a disparar otra vez". Suárez reconoce que "vació" dos cargadores de su pistola, de calibre 6,35, con capacidad para seis proyectiles.
El presunto homicida asegura que hasta que no llegó huyendo a Portugal no se enteró de que había matado a un celador que pasaba por el albergue camino de su trabajo. "Vi las noticias y vi que era ese hombre. Entonces me puse en contacto con el abogado porque yo no soy ningún asesino. Me creía que era un gitano".
Suárez se reconoce como el único autor de la muerte de García y exime a la madre de la niña de colaborar en el homicidio. María Luisa Cortés está en prisión porque varios testigos han contado a la policía que ella impidió al conductor bajarse del coche mientras su marido cogía la pistola. Sin embargo, el presunto homicida asegura que la madre de la niña no pudo participar en el crimen porque estaba "desmayada". "Vi cómo se cayó al suelo con mi niño chiquitín en los brazos. Se desmayó porque cuando fue a socorrer a mi hija la vio echando sangre por la boca y creyó que estaba muerta". "Me siento arrepentido, triste", concluye el presunto homicida, que pidió perdón ante las cámaras a la familia de la víctima.
Las explicaciones de Suárez en la entrevista coinciden casi de forma mimética con las que ayer ofreció en la comisaría, donde la policía le tomó declaración, informa Mercedes Díaz. Además de reiterar la versión televisiva, el detenido reconstruyó su fuga. Según contó, los últimos días los pasó en casa de unos parientes, cerca del lugar en el que se encontró el viernes con su abogado.
Para llegar hasta allí había cruzado de sur a norte Portugal "haciendo autoestop, comiendo como podía y, puede que con la ayuda de unos conocidos", explicó ayer el letrado ante los medios de comunicación. Del Rey describió con cierto orgullo que su defendido pasó noches a la intemperie y que incluso, en la recta final de la huida, le llovió. Ricardo Suárez pasará probablemente mañana a disposición judicial.
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