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Reportaje:LA REFORMA DEL ESTATUTO

Los vaivenes del PP con el Estatuto

Los populares se han ido de la ponencia, han anunciado su vuelta y ahora estudian presentar un texto alternativo

Luis Barbero

Un día es la financiación. Otro, las competencias. Otro más, la posibilidad de una tregua de ETA. Y siempre... el Estatuto catalán.

La estrategia del PP ante la reforma del Estatuto de Andalucía ha venido, viene y vendrá condicionada por la evolución del proyecto catalán. Rara ha sido la ocasión, en el último año, en la que los dirigentes del PP no hayan aprovechado cualquier acto, rueda de prensa o intervención parlamentaria para aludir a las consecuencias del Estatuto catalán para Andalucía y el conjunto de España.

Paralelamente, su discurso ante la reforma del Estatuto andaluz ha bandeado en función de la coyuntura política, sobre todo de la tramitación del proyecto catalán. Cierto es que la formación que preside Javier Arenas nunca ha creído en la necesidad de la reforma andaluza y que apenas lo ha ocultado. "No me he encontrado a ningún andaluz que me pregunte por la reforma del Estatuto" y "es más urgente un cambio de gobierno que de Estatuto" son frases que Arenas ha pregonado por toda la comunidad.

El PP reconoce que no le ha "venido mal" el plantón del PA en la ponencia parlamentaria
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Pese a este descreimiento, el PP se sumó a la ponencia parlamentaria que estudia la reforma estatutaria. La desconfianza inicial entre PSOE y PP era evidente, pero fue el propio Javier Arenas quien alentó la posibilidad de alcanzar un acuerdo.

Hace sólo ocho meses, en mayo de 2005, Arenas calculaba que las coincidencias entre su partido y los socialistas en el Estatuto alcanzaban el 90%. Y en una entrevista con este periódico, en junio del año pasado, sentenció: "Va a haber pacto en la reforma del Estatuto".

Preso de estas palabras, lo ocurrido esta semana es un claro ejemplo de la actitud de Arenas y del PP ante la reforma andaluza. El martes, al socaire del plantón del PA en la ponencia parlamentaria que estudia el nuevo Estatuto, el PP también se levantó de la mesa y pidió la suspensión de los trabajos mientras no existan "garantías" de que Andalucía no va a salir perjudicada de la reforma catalana. Se fue de la ponencia, aunque sus máximos dirigentes insistían públicamente en que no se iban. Por si hubiera alguna duda, sus representantes no acudieron el miércoles a la ponencia.

Una fuente de la dirección del PP asegura que esta formación no conocía "expresamente" que el PA iba a dar plantón a la ponencia, un paso que los populares no se habían atrevido a dar. A lo más que había llegado el PP es a negarse a hacer una propuesta en materia de financiación, lo que fue interpretado por los demás grupos como un intento de poner palos en las ruedas de la ponencia. Lo que unos meses antes parecían coincidencias estaban pasando a ser abismos. "Las diferencias sobre el Estatuto están aumentando", aseguró el portavoz parlamentario del PP, Antonio Sanz, el pasado mes de noviembre, en una entrevista.

En ese marcar distancias, el PP reconoce que para su estrategia "no ha venido mal" el plantón del PA. Los populares quieren que el debate político se focalice en estos momentos en el Estatuto catalán y consideran que avanzar ahora con acuerdo en el andaluz sería regalar una foto al presidente de la Junta, Manuel Chaves.

Por ese motivo, el presidente del PP anunció el jueves que su partido daba por "imposible" firmar el borrador de Estatuto que va a aprobar la ponencia, en su última reunión, el próximo día 30. El viernes el secretario general del PP, Juan Ignacio Zoido, dio marcha atrás en el plantón del martes y anunció que su grupo iría a esta última reunión de la ponencia para "poner sentido común".

En una penúltima vuelta de tuerca, el PP se plantea ahora presentar un texto de Estatuto alternativo al que apruebe la ponencia o hacer "multitud" de enmiendas al borrador. Hace sólo un mes, pensaba aprobar el borrador con reservas a los títulos de financiación y de competencias.

En ese ir y venir, en ese sí, pero no, el PP alimenta dudas sobre su decisión final ante la reforma estatutaria. Una fuente de la dirección del PP se muestra convencida de que finalmente habrá acuerdo sobre el Estatuto y destaca que los plazos previstos establecen que el proyecto andaluz no se remitirá a las Cortes Generales hasta junio de este año. "De aquí a junio hay plazo para llegar a un acuerdo", dice esta fuente.

Inmerso en estas trifulcas, el PP se ha quedado descolgado de algunos de los principales acuerdos sobre el Estatuto, como financiación y competencias, que los socialistas cerraron con IU y los andalucistas antes de su plantón. Los populares creen que el PSOE no sacará adelante el Estatuto sólo con IU e interpreta que el acuerdo entre ambas formaciones es "táctico". "La única reforma posible del Estatuto es con los cuatro grupo parlamentarios", piensan en la dirección del PP.

"Un disparate"

El presidente del PP, Javier Arenas, avanzó ayer en Cádiz que su partido se plantea la posibilidad de presentar un texto alternativo a la reforma del Estatuto de Andalucía y confirmó que su formación estará en las negociaciones. Arenas dijo que un texto aprobado sólo por PSOE e IU es "un disparate" y un "imposible".

En la clausura de la convención del PP gaditano, el dirigente popular ratificó el anuncio realizado el viernes por el secretario general, Juan Ignacio Zoido. El PP estará en las próximas mesas de negociación. "Seguiremos participando y trabajando en la reforma del Estatuto para intentar mejorarlo con centenares de votos particulares, enmiendas y, a lo mejor, ya lo veremos, un texto alternativo".

Arenas calificó el momento actual para esta negociación como "peor que el 28-F cuando se produjo la historia de un agravio". Entonces, dijo, "lo que nos jugábamos era la velocidad con la que la comunidad podía aspirar a las competencias. Ahora es más grave porque estamos ante una ruptura de la igualdad, la solidaridad y la cohesión nacional". Insistió en que "lo que Andalucía necesita es un cambio de gobierno".

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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