Barberá acusa a Zapatero de paralizar proyectos importantes para el desarrollo de Valencia
La alcaldesa cuestiona el apoyo a la Copa del América y pide una carta municipal
Valencia es una ciudad "de oportunidades" que aspira a ser motor de España gracias a su "espectacular transformación" en los últimos 15 años bajo los mandatos del PP, según proclamó ayer la alcaldesa, Rita Barberá, en una intervención en el Foro Nueva Economía en Madrid. Barberá acusó al Gobierno de paralizar o retrasar proyectos importantes para el desarrollo de la ciudad, reivindicó para Valencia una Carta Municipal "análoga" a las de Barcelona y Madrid, y un modelo de financiación local que responda a las competencias que asumen los ayuntamientos.
La Copa del América "es un proyecto de Estado que no se considera como tal"
Barberá defendió el papel "emergente" de los gobiernos locales y su función "vertebradora de España", y singularmente la posición de Valencia como tercera ciudad en habitantes. "Hay una Valencia nueva. No se la pierdan", aseguró al final de una conferencia a la que asistió una nutrida representación del PP encabezada por el presidente, Mariano Rajoy, y el secretario general, Ángel Acebes, que compartieron mesa con los consejeros Víctor Campos y Esteban González Pons, así como responsables de las patronales y empresarios valencianos.
Barberá dibujó el retrato de "una de las ciudades más dinámicas de Europa" -como también la definió el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, al presentarla en el foro- marcada por el antes y el después de la llegada del PP al poder local, sin concesiones a la herencia de la etapa socialista. Barberá citó como claves de la modernización la colaboración entre el sector público y el privado, y a dos "aliados excepcionales", la Generalitat -cuyas inversiones desde 1995 destacó con mención al actual presidente del Consell, Francisco Camps- y el Gobierno de José María Aznar.
A este apoyo contrapuso la gestión del Ejecutivo socialista, al que acusó de practicar el "sectarismo" en las autonomías en las que no gobierna, de "incumplir compromisos" y "paralizar infraestructuras" que necesita Valencia, entre las que mencionó la terminación de la ronda, el plan director del aeropuerto y el plan del Parque Central. La alcaldesa también cuestionó la llegada del AVE en 2010, como anunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y pidió el trasvase del Ebro y la ampliación del puerto.
"Y así he llegado al mar", anunció en ese punto para enlazar sus exigencias de más inversión a la Copa del América de 2007, una "gran oportunidad para todos" que dejará en el futuro "una bella marina". La oportuna pregunta del senador popular Pedro Agramunt sobre "la verdad" de las aportaciones estatales a la organización de las regatas de 2007, fue aprovechada por la alcaldesa para poner de duda de nuevo la apuesta del Gobierno por el evento, una semana después del anuncio de la cesión de suelo portuario para la marina urbana. "Es un proyecto de Estado que no se considera como tal", aseguró Barberá, que retomó el argumento del agravio comparativo con los eventos de Sevilla y Barcelona, y limitó la inversión estatal al aval de 500 millones que se pagará con la explotación de la dársena.
La alcaldesa de Valencia dedicó parte de su conferencia a reivindicar una vez más una reforma de la financiación local que dé respuesta "a las nuevas demandas que no son de su competencia" y para los que los municipios "no tienen recursos". "Es preciso que se aborde ya el proceso de descentralización de las comunidades autónomas a los ayuntamientos" con la adecuada financiación, recalcó Barberá, quien achacó reticencias a este proceso a las autonomías -salvo a la valenciana- y "a la constante negativa de los nacionalismos". Como una cuestión de "justicia y equidad" para resolver problemas similares, la alcaldesa reiteró su petición de una Carta Municipal para Valencia, "análoga" a la de Barcelona y la ley de capitalidad de Madrid. En ese contexto situó a los ayuntamientos como elementos de vertebración y "garantía de que todos los españoles reciban los mismos servicios", para dar paso a un duro ataque al presidente Zapatero a cuenta de la reforma del Estatuto catalán, el congreso ya prohibida de Batasuna o la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Barberá acusó a los socialistas de utilizar a catalanes y vascos "para permanecer en el poder" y gobernar "exclusivamente para sus intereses".
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