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Reportaje:

"Cabells blancs i la bondat a la cara"

Gregorio López Raimundo, ex secretario general del PSUC, recibe la medalla de oro de la Generalitat

Gregorio López Raimundo (Tauste, 1914) recibió ayer la medalla de oro de la Generalitat. Una medalla que premia, según dijeron quienes intervinieron en el acto, su trayectoria personal y la del partido del que fue militante y secretario general, el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya). "El partido", como fue conocido durante años, no pocos de ellos con él al frente. La sala Sant Jordi del Palau de la Generalitat se quedó pequeña para un homenaje que fue, sobre todo, emotivo, aunque el discurso del propio López Raimundo, leído por su hijo Antonio Pàmies, fue de contenido político: un llamamiento a que la concordia no deje de lado las injusticias y, entre ellas, las cometidas con las víctimas de la sublevación militar de 1936 y de la larga posguerra en la que siguió la persecución.

López Raimundo pidió que se enseñe en las escuelas lo que fue la dictadura, preludio de la II Guerra Mundial y de Hitler y Mussolini. Recordó que los "fascistas" honraron a sus víctimas durante 40 años y pidió la revisión de las sentencias condenatorias contra los demócratas como "compensación moral" para los supervivientes y para las familias de los fallecidos. La convivencia debe asumir el memorial democrático. López Raimundo, que elogió el trabajo colectivo del que tomó parte, aprovechó, dijo, "la última vez que hablo ante tantos amigos" para dejar constancia de la aportación que ha significado su compañera, Teresa Pàmies.

Previamente glosaron su figura el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, y el historiador Borja de Riquer. Ambos, al igual que Ramon García-Bragado, que en nombre del Gobierno leyó el decreto que otorga la medalla, evocaron la canción de Raimon en la que define a López Raimundo: "Els cabells blancs, la bondat a la cara". Nadie discutió la precisión descriptiva.

Gregorio López Raimundo, tras recibir la medalla, con Pasqual Maragall.
Gregorio López Raimundo, tras recibir la medalla, con Pasqual Maragall.MARCEL·LÍ SÀENZ
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