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Molins de Rei abre una colecta popular en homenaje al rey que bautizó la ciudad

Una iniciativa ciudadana propone conseguir 40.000 euros para levantar una representación escultórica sobre la fundación de la ciudad

Vecinos, comerciantes e industriales de Molins de Rei se han propuesto saldar una antigua deuda: rendir homenaje al rey Alfonso I el Casto (II de Aragón), que dio nombre a la población en la Edad Media, y al herrero Bernat, el primero en instalarse en el lugar. La relación de la localidad con ambos personajes históricos había caído en el olvido. Una decena de entidades han iniciado una colecta para financiar el homenaje, que consistirá en una representación escultórica de la fundación de la ciudad, que costará 40.000 euros.

El rey Alfonso I el Casto fue quien dio nombre a la población en la Edad Media

La calle Major de la población se llamaba tiempo atrás Alfons II. Sin embargo, con el cambio de denominación se perdió cualquier indicio que recordara los orígenes del municipio.

Distintas asociaciones del municipio, reunidas en una comisión, han tenido la idea de recrear de alguna forma el momento en que nació Molins de Rei. En el año 1188, el rey mandó construir una gran nave con 12 ruedas de molino alineadas en su interior en un lugar denominado entonces las Matoses. Junto al Llobregat, el emplazamiento era estratégico, puesto que aprovechaba la mínimo pendiente del río en este tramo cercano a la desembocadura.

Dos años más tarde finalizó la construcción de los molinos del rey. Alfonso el Casto entregó un documento al herrero Bernat en el que "le otorgaba pleno derecho para instalar una forja y suministrar las piezas de hierro a todos los molineros que a partir de entonces trabajaran en sus propiedades", explica el historiador Josep Fernández Trabal.

El monarca le permitió, además, edificar su casa y le cedió terrenos para huertos. Por ello, Bernat el herrero es considerado el primer poblador de Molins de Rei. Poco a poco llegarían los trabajadores de los molinos, que se fueron asentando en el lugar. Su obligación, si querían contar con un molino, era comprar al herrero todas las piezas de hierro y las herramientas que utilizaban, y también debían pagarle periódicamente unas rentas en forma de trigo molido.

La familia de Bernat continuó con el monopolio durante dos generaciones. En el siglo XIV la forja pasó a manos de otra familia rica de Barcelona, con las mismas condiciones.

La decena de entidades que promueven la iniciativa de recuperar la memoria histórica del municipio consideran que "una representación escultórica de la fundación de la ciudad" es la mejor forma "de dignificar su origen", según el presidente del Centro Excursionista de Molins de Rei, Enric Solà.

El lugar en que se debe emplazar también está muy claro: la antigua plaza de los Caiguts, ahora llamada plaza de los Països Catalans. Si bien cambió de nombre hace unos años, hasta el término de la pasada legislatura el monumento a los caídos en la guerra civil de 1936 aún ocupaba esta zona, que ha quedado vacía tras su retirada. El pleno del Ayuntamiento ha dado ya el visto bueno a la iniciativa ciudadana.

La escultura que debe representar el momento de la entrega del documento del rey que dio derecho a Bernat a instalarse en el territorio se ha encargado a Marta Moreu, artista barcelonesa de 44 años dedicada al arte figurativo.

Moreu ha diseñado una composición formada por ocho secciones de ruedas de molino de piedra colocadas formando una circunferencia de 10 metros de diámetro en cuyo centro se ubican dos figuras de tamaño de bronce de tamaño natural.

"Las ruedas, que ya estaban enterradas en la memoria de los molinenses, empiezan a surgir de las profundidades de la tierra, como si se tratase de una excavación arqueológica", señala la memoria de la obra. Las figuras representan al rey Alfonso II de Aragón dando a Bernat el herrero un pergamino enrollado donde figura el compromiso para fundar Molins de Rei.

"No quería representar un monumento sobre una plataforma, sino a nivel del suelo, para que los dos personajes se mezclen con la gente", afirma la artista. Las ruedas se han concebido también como asiento improvisado para el transeúnte. Moreu empezará a trabajar la semana que viene en la materialización del proyecto, que la mantendrá ocupada, según sus cálculos, durante unos cuatro meses. Mientras, las entidades del municipio tienen también que espabilarse: su recolecta debe alcanzar los 40.000 euros, el coste de la escultura. Ilusión no les falta.

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