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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Horarios y conciliación laboral y familiar

Mucho se está hablando en estos días sobre la necesidad de reordenar los horarios laborales de acuerdo con las convenciones existentes en Europa. De hecho, el Gobierno ha creado una comisión de estudio sobre este asunto, cuyas reflexiones orientarán al Gobierno para iniciar acciones legislativas.

Es evidente que lo que se pretende mediante este estudio es, por un lado, mejorar la conciliación de la vida familiar y laboral, buscando un aumento de la tasa de natalidad, y que los padres puedan ejercer mejor su condición; y por otro, mejorar las penosas cifras de productividad que nos mantienen a la cola de la UE.

Lo que no está tan claro es que la orientación de la comisión sea la adecuada. En mi opinión, deberían tenerse en cuenta las diferencias socioculturales y climatológicas existentes en las diferentes comunidades autónomas: un día de verano en Oviedo no es comparable a uno en Écija. Posiblemente, la jornada intensiva, hoy día en clara regresión por parte de muchas empresas, deba recuperarse en muchas regiones, buscando las horas del día en que el cuerpo está más receptivo al trabajo.

Por otro lado, pienso que legislar de forma restrictiva para la vida del ciudadano es un error. Se deben buscar los medios para hacer posible la libertad de elección de éste y de los suyos; en este sentido, la escolarización en bandas de horarios flexibles, el teletrabajo parcial (acabar en la oficina a las 17.00 y continuar en casa, por ejemplo), la libertad de horarios comerciales y la potenciación de nuevos contratos de trabajo a tiempo parcial son algunas opciones que contribuyen a los fines antes comentados, y que van en favor de la libertad del ciudadano a organizar su vida conforme a sus gustos personales.

Porque no deberíamos olvidar que en Alemania en invierno anochece a las 16.00, pero en España lo hace a las 18.00; además de que este país tiene una idiosincrasia de vida en la calle que merece la pena conservar.

Todo esto es inútil si a la vez no se cambian ciertos hábitos y prejuicios laborales: la maternidad debe dejar de considerarse sólo como una merma productiva, se debe comenzar a juzgar a los trabajadores por objetivos y no por horas de presencia, se deben fijar objetivos realistas en las evaluaciones de desempeño; en suma, debe cambiarse la mentalidad laboral.

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