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Batasuna se plantea refundarse como partido político dentro del actual marco autonómico

La formación admite como un desafío a la legalidad el acto del sábado próximo en Barakaldo

Batasuna aborda su primer congreso con este nombre, convocado para el próximo día 21, como un reto a su ilegalización, pero con un mensaje de moderación, radicalmente distinto al combativo de su última asamblea, celebrada hace cuatro años. La dirección de tinte continuista que saldrá elegida ya ha anunciado que ratificará la propuesta de paz de Anoeta, lanzada en noviembre de 2004, con su esquema de una doble mesa negociadora: una de partidos y otra entre ETA y el Gobierno. El debate abierto ha servido para que la formación reconozca por vez primera el actual mapa político autonómico, con sus dos Parlamentos (el vasco y el navarro) como foros desde los que mantener su "lucha" por la construcción nacional.

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Pese a que planea la posibilidad de que los jueces prohíban la celebración del acto político del día 21 en Barakaldo (Vizcaya), Batasuna mantiene el desafío de reafirmarse como una formación política realmente existente pese a su ilegalización y pese a que ETA no haya renunciado a la violencia. Éste es el mensaje que va a servir de colofón al debate interno Bide Eginez (Haciendo camino) que Batasuna ha mantenido desde octubre en Euskadi, Navarra y el País Vasco francés, donde la formación que lidera Arnaldo Otegi figura como asociación cultural. A lo largo de ese debate, la ilegalizada Batasuna ha celebrado más de 260 asambleas, en las que han participado más de 7.000 personas, según sus propios datos.

La pregunta es qué cabe esperar de este proceso, cuya celebración la propia formación ha anunciado con alarde. Batasuna persigue hacer una demostración de poderío, exhibir que está intacta y que es una organización política dispuesta a competir en futuras elecciones, comenzando por las municipales y forales de 2007, para ocupar el espacio de la izquierda nacionalista. Quiere demostrar, en fin, que ha conseguido exorcizar el fantasma de su desaparición, pues, a pesar de estar ilegalizada y sus actividades judicialmente suspendidas, ha resistido.

Mesas locales

Batasuna ambiciona ahora consolidarse como un partido convencional organizado y estructurado en mesas locales, que ya existen en 200 localidades vascas, navarras y francesas. "No nos sentimos tolerados", reconoce a este periódico una fuente abertzale. "Hemos apostado por superar la ilegalización y creemos que, a través de nuestra práctica política, lo estamos consiguiendo día a día". Y añade: "Hay que aceptar que existe una realidad política al margen de la legalidad española, que tiene un apoyo social muy importante y en un momento concreto deberá ser legalizada". El próximo sábado, horas antes del acto multitudinario en el Bilbao Exhibition Center (BEC) baracaldés, será ratificada la nueva Mesa Nacional, a cuyos componentes se está votando estos días en las asambleas.

La nueva dirección será previsiblemente continuista, en la que figuras como Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Pernando Barrena, los portavoces hoy más significados, seguirán teniendo el principal protagonismo al frente de un partido cuya estrategia consistirá en profundizar en el objetivo de lograr la pacificación que anunció en Anoeta en noviembre de 2004. El acto de Barakaldo supondrá la "ratificación de la propuesta de Anoeta" y la "segunda parte" de aquel proceso, insistía ayer Barrena

Batasuna no ha llegado a esta situación de desafío, que tanto le caracteriza, sin haber pagado un precio y hecho importantes cesiones, pese a su habilidad para disfrazarlas como conquistas. El cambio radical en su mensaje ha sido la principal. Frente a la formación que hace cuatro años proclamaba sin pudor que "todas las luchas están legitimadas", en clara alusión a la acción de ETA, que acababa de romper la tregua, la refundada Batasuna de 2006 tiene el propósito de afirmarse como una fuerza exclusivamente política que defiende sólo la lucha de masas y la institucional.

Pero no hay que esperar un anuncio espectacular en Barakaldo. Quienes creen que dará en este acto el paso decisivo que la resitúe en la legalidad pidiendo a ETA que abandone la lucha armada, seguramente quedarán decepcionados. No parece, según las fuentes consultadas y los mensajes de sus dirigentes, que la formación vaya a reafirmar su vocación exclusivamente política tomando esa iniciativa, que pondría a ETA en la tesitura de desaparecer, del mismo modo que ha renunciado a conseguir la legalidad con una declaración de ese tenor que representaría su definitivo desmarque de la banda.

Cambio "radical"

Otros indicios apuntan a un progresivo avance hacia la moderación y suponen la ruptura de tabúes doctrinales para facilitarle una operatividad futura. Ahí se inscribe el reconocimiento en la ponencia política a debate del actual marco autonómico y la existencia de Navarra y el País Vasco como comunidades diferenciadas, al establecer que sus dos Parlamentos son instituciones que Batasuna va a poner "al servicio" de su estrategia de transformación social y construcción nacional.

"Esto supone el reconocimiento de los dos parlamentos como ámbitos de decisión y representa un cambio radical en la izquierda abertzale, que nunca había aceptado a Navarra y al País Vasco como dos realidades diferenciadas. La territorialidad se alcanzará atendiendo las decisiones diferenciadas de vascos y navarros", destaca una fuente abertzale. "Admitir que los navarros pueden decidir por sí mismos, al margen de los vascos, implica, además, aceptar que el Estado ha ganado la batalla de la institucionalización de las dos comunidades", apunta. Y añade que la medida representa, también, el cambio sustancial de "aceptar que la territorialidad no se puede basar en la geografía, como siempre ha pretendido la izquierda abertzale, sino en la voluntad de las personas".

Dirigentes y miembros de Batasuna, durante la conferencia de prensa que ofrecieron ayer en Alsasua (Navarra).
Dirigentes y miembros de Batasuna, durante la conferencia de prensa que ofrecieron ayer en Alsasua (Navarra).EFE

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