_
_
_
_

Debilitada y más moderada

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó el 26 de agosto de 2002 la suspensión de actividades de Batasuna, decisión que no por esperada dejó de sumir en un profundo desconcierto a la formación abertzale. Menos de siete meses después, el 17 de marzo de 2003, era ilegalizada por el Tribunal Supremo. Desde entonces, la estrategia de su dirección se centró en afrontar la travesía del desierto y evitar su desaparición del mapa político.

Hoy en día, Batasuna puede confirmar que ha sobrevivido, aunque muy debilitada y mucho más moderada. Dos puntos han sido la clave de esa supervivencia: mantener hasta mayo de 2005 su grupo parlamentario (Sozialista Abertzaleak) como voz política autorizada y una actividad pública continua para fidelizar al núcleo duro de su militancia. Las sucesivas elecciones han confirmado que mantiene algo más de 100.000 votos, que se han acogido al voto nulo, casi la mitad que en sus buenos tiempos.

Algunos de los principales dirigentes políticos vascos reflexionan sobre los resultados de la ilegalización:

- JOSU JON IMAZ. El presidente del PNV recuerda que su formación criticó la Ley de Partidos de 2002. "Deroga la ley de 1978 que reconoce el derecho fundamental de asociación política y, además, fue hecha para un caso único, violando el artículo 23 de la Constitución. Fue un error político. Lejos de conseguir lo que supuestamente pretendía, sirvió para dar oxígeno a Batasuna en un momento en el que había perdido la mitad de su representación parlamentaria. La ilegalización la victimizó".

- RODOLFO ARES. El portavoz de la Ejecutiva del PSE opina que "la ilegalización ha sido muy positiva y eficaz, pues Batasuna no tiene representación institucional. Esa medida ha demostrado la fortaleza del Estado de derecho, al no permitir que alguien se siguiera amparando en la democracia y la regulación de los partidos políticos para seguir defendiendo la violencia terrorista. Si alguien piensa que el PSOE va a impulsar una modificación de la Ley de Partidos, se equivoca. No hay que bajar el listón de la exigencia democrática para que Batasuna haga política".

- MARÍA SAN GIL. La presidenta del PP vasco apunta que "frente a los agoreros que vaticinaban una revolución social, la ilegalización de Batasuna no supuso nada. Sí fue, sin embargo, un éxito de la democracia, porque empezamos a recuperar espacios de libertad. Demostró que cuando el Estado de derecho funciona no hay impunidad para los violentos. Para ellos fue casi su destrucción. Luego llegó Zapatero y consiguieron legitimarse".

- PATXI ZABALETA. El coordinador general de Aralar señala: "El victimismo es una ayuda para Batasuna, que estos años ha mantenido parte de sus apoyos y ha explotado el argumento de la solidaridad con el perseguido, como prueba que EHAK obtuviera dos escaños más que Otegi. Deseamos que sometan su programa al veredicto de las urnas".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_