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Urbanismo permite levantar 1.000 casas en zona de transición del parque nacional

El nuevo plan general de Los Molinos duplicará la población actual

La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha suspendido el plan general de Los Molinos, vigente desde 1969, y ha redactado unas normas de ordenación transitorias que recalifican 41 hectáreas para la construcción de 1.045 viviendas en la zona de transición del futuro parque nacional del Guadarrama. En ellas vivirán más de 3.000 vecinos, que permitirán que este municipio casi duplique su población actual. La consejería declara además como suelo urbano consolidado las cerca de 400 hectáreas existentes entre el casco urbano y las urbanizaciones periféricas, donde existen grandes bolsas de suelo sin edificar.

La orden de la consejería, en información pública hasta el próximo 22 de enero, insta también al Ayuntamiento de Los Molinos, del PP, a que revise el planeamiento antes de dos años.

El Gobierno regional decidió suspender el citado plan general, vigente desde hace 37 años, para "enjugar en buena parte" el déficit residencial acumulado en los últimos 20 años respecto al resto de municipios de la comarca y para que "pueda asumir la cuota de mercado que le corresponde, superando las dificultades estructurales que hasta ahora lo habían impedido".Según la orden de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) del pasado 22 de diciembre, se recalifican 41 hectáreas para levantar un polígono industrial (Matalongiles) y construir 1.045 viviendas en dos sectores (Extensión Norte y La Cerquilla). Además, se da un plazo de dos años para que el Ayuntamiento de esta localidad serrana revise su planeamiento. La orden se encuentra en información pública hasta el próximo 22 de enero para que los interesados presenten las alegaciones que se estimen convenientes.

Con esta decisión se quiere poner fin a uno de los "puntos negros" urbanísticos de la región, derivado de la inviabilidad de llevar a la práctica un plan general de hace 37 años, redactado entonces por la extinta Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid (Coplaco). Con el paso del tiempo había quedado totalmente desfasado, al margen de todas las legislaciones sectoriales vigentes y, sobre todo, de los fuertes requerimientos ambientales, tanto regionales como comunitarios. Las 2.000 hectáreas del término municipal se hallan dentro de una zona de protección de riberas y, sobre todo, del área de transición del futuro Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama.

Normas declaradas nulas

La Dirección General de Urbanismo, en apenas un mes dado el carácter urgente que se ha dado al tema, ha tomado como base de su actuación, a la hora de redactar estas medidas transitorias, las normas subsidiarias de 1991. Éstas, por un defecto de forma, habían sido declaradas nulas en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

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Estas normas establecían como suelo urbano consolidado, con grandes bolsas de terreno no edificado, una superficie de casi 400 hectáreas, que incluye todo el casco urbano, los espacios situados entre las carreteras M-614 y M-662, que unen Los Molinos con la autovía de A Coruña (A-6), y Guadarrama. Además, se recalifican los terrenos que lindan con el término de Cercedilla y los entornos situados más allá de esta franja: Pinar de la Peñota, Cerca de la Mora y Canto de la Pata.

Como complemento a ese suelo urbano, se establece una única unidad de ejecución (UE-1), para desarrollar las 8,8 hectáreas del terreno, donde se asienta el antiguo sanatorio militar. En este ámbito se establece una edificabilidad de casi 30.000 metros cuadrados para la construcción de 119 viviendas (80 pisos y 39 chalés en parcela mínima de 200 metros cuadrados), la construcción de dos nuevos equipamientos y el mantenimiento de los inmuebles existentes.

Junto a esa actuación en suelo urbano, las normas promovidas por la Comunidad de Madrid establecen la posibilidad de desarrollar tres planes parciales: dos de uso residencial y uno industrial, en 41,2 hectáreas de suelo calificado como urbanizable sectorizado.

Con una edificabilidad total de casi 136.000 metros, se posibilita la construcción de las citadas 1.045 viviendas, la mayoría de tipología unifamiliar, y el traslado de las pequeñas industrias dispersas por el casco y las colonias residenciales a la zona de Matalongiles, situada al suroeste del núcleo entre Cerca de la Mora y los terrenos del sanatorio.

Ante la indefinición urbanística del obsoleto ordenamiento del plan general de 1969, Los Molinos ha hecho todo lo posible por desarrollar suelo en los últimos 15 años, a través de la elaboración de nuevos planes generales o apoyando las iniciativas presentadas por los promotores para ejecutar el suelo urbanizable de 1969. Iniciativas que, en ambos casos, han sido rechazadas sistemáticamente por los responsables del urbanismo regional. Hasta ahora.

A lo largo de los más de dos años y medio de legislatura, el Ayuntamiento de Los Molinos, presidido por Francisco Javier Alonso Priego, del Partido Popular, ha aprobado inicialmente dos planes parciales (El Canto de la Pata y Las Majadillas), suelos que ahora, en estas normas, figuran como no urbanizables de protección. Con el último, el de Las Majadillas, se pretendía urbanizar 22 hectáreas en la ladera de La Peñota para construir 127 viviendas unifamiliares.

Graves defectos

El plan parcial llegó a la consejería que dirige Mariano Zabía con graves defectos y sin los preceptivos informes sectoriales, como señaló el director general de Urbanismo y Planificación Regional, Enrique Porto, en una comparecencia ante la comisión de Urbanismo de la Asamblea Regional del pasado 17 de mayo. Finalmente, estas deficiencias han sido las desencadenantes de que el plan general de 1969 se suspenda por segunda vez en 15 años y que haya habido que redactar estas nuevas normas de ordenación.

La cuestión es ahora ver que, dentro de dos años, vencerá el plazo dado por la consejería para la nueva revisión que debe presentar el Ayuntamiento de Los Molinos; toda vez que las últimas normas, ya adaptadas a la Ley de Suelo de 2001, dejan poco margen para nuevos desarrollos. El futuro parque nacional estaría totalmente rodeado de casas.

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