Un nuevo impulso

Libertad, justicia, solidaridad... constituyen las señas de identidad de los socialistas en nuestra dilatada historia. Y hoy, más que nunca, resulta necesario asegurar y profundizar estos valores. Sobre todo, ante el nuevo estadio histórico en que nos adentramos, presidido por la globalización. En esta coyuntura, propugnar la activa participación de los valencianos en la consolidación de una Europa para los ciudadanos y una España cada vez más vinculada a sus exigencias de democracia, requiere una constante labor de adaptación de nuestras propuestas. Es la única garantía de garantizar estos valores y lograr mayores cotas de democracia, bienestar y cohesión social.

Valores y principios. No es una utopía. Es el objetivo de la Conferencia Política que los socialistas valencianos vamos a celebrar en los próximos días. Valores y principios que, junto al impulso de las políticas de progreso del Gobierno presidido por José Luís Rodríguez Zapatero, se concreten en propuestas de acción que señalicen el cambio progresista de la Generalitat.

Los socialistas valencianos vamos a poner en común ideas y voluntades que permitan dar un nuevo impulso cívico en la Comunidad Valenciana. Es la hora de volver a situar de nuevo al ciudadano, sus problemas y sus inquietudes, como centro de la actividad política. Es el momento de acuñar un concepto de ciudadanía que implica una participación activa de todos en la resolución de los problemas colectivos. Debemos esforzarnos en explicar a los ciudadanos que queremos avanzar con decisión hacia una democracia en la cual el cumplimiento de las normas legales, cualquiera que sea su rango, sea exigible sin dilaciones burocráticas; en la que la vulneración de derechos sea corregida con rapidez y eficacia; en la que se restablezca el prestigio y se refuerce el papel de nuestras instituciones representativas. Es urgente la alternancia al PP, siquiera sea por salud democrática.

Profundizar en nuestro sistema democrático es garantizar mayores cotas de bienestar para todos. Significa, por tanto, un impulso en todos los servicios públicos. Por eso nos proponemos fomentar una Administración autonómica ágil e innovadora, fuerte frente a los poderes particulares y eficaz en el cumplimiento de sus funciones, garante de unos servicios públicos eficientes y de calidad. Una Administración autonómica que proporcione de forma directa o indirecta los bienes públicos necesarios en una sociedad avanzada, incluyendo las inversiones para crear o mantener las infraestructuras que requiere una economía moderna, desde el transporte a las comunicaciones electrónicas.

Proponemos un nuevo modelo de Administración pública, articulado y coordinado en todos sus niveles territoriales; volcada en satisfacer las necesidades de los ciudadanos, pronta a facilitarles la información que necesitan en tiempo real, dispuesta a apoyar sus iniciativas con instrumentos normativos claros, precisos, de aplicación rápida, y con métodos y tecnologías modernas y de calidad, que potencien el respeto y la profundización de los derechos de los ciudadanos y que reconozca y garantice su pleno ejercicio. Los municipios deben convertirse en el centro de la prestación de servicios, de la participación y de la vida política por lo que apostaremos claramente por realizar aquella tercera descentralización que no nos dio tiempo a realizar cuando gobernamos.

Una justicia lenta no es justicia. Por tanto, la Generalitat tiene que aumentar los medios para mejorar la administración de los jueces. Sin los medios y el personal imprescindible para que pueda cumplir con su alta función, no habrá profundización democrática en la Comunidad Valenciana.

Los socialistas valencianos queremos una sociedad valenciana que sea intolerante con la desigualdad y beligerante en el logro de la equidad social. Especialmente porque todavía son muchos los valencianos con problemas que requieren un tratamiento asistencial. La pobreza y la exclusión social no son sólo un problema de recursos monetarios. La lucha contra ellas debe abordarse como un proceso que se inicia en lo social, continúa con la formación y culmina en el trabajo. Esta es la única forma de apostar por sociedades incluyentes y cohesionadas, en donde la conflictividad provocada por la marginación social es más reducida. La multiculturalidad se dibuja como un elemento definitorio del futuro de la sociedad valenciana, lo que implica desafíos nunca conocidos y, por lo tanto, nunca abordados en tiempos recientes por los valencianos. Lo logrado hasta ahora no es suficiente. Y menos después de los años de gobierno conservador, cuya actuación ha deteriorado sustancialmente los servicios básicos de la educación y la sanidad en favor de los intereses privados. Por ello, los socialistas valencianos vamos a insistir de forma preferente en mejorar la educación y la sanidad.

La sociedad que queremos sólo puede estar basada en una extensión radical de las oportunidades para progresar basada en el mérito y las capacidades de las personas. Ambos deben ser los elementos fundamentales que determinen su trayectoria profesional y personal. No el lugar de nacimiento, su género o su religión.

La productividad de nuestra economía es una de las más bajas de las comunidades autónomas españolas y está muy lejos de la de las economías más avanzadas. Para los socialistas, aumentar la competitividad no significa bajos costes salariales: implica fomentar la capacidad de iniciativa de nuestros emprendedores, la creación de puestos de trabajo cualificados, de mayor productividad. Una y otra son la garantía de nuestro bienestar en el futuro. En el largo plazo, mayor productividad significa también un uso de los recursos naturales compatible con su sostenibilidad, de forma que su capacidad para generar riqueza hoy no suponga una amenaza para crearla en el futuro.

Un sector público fiscalmente saneado es la garantía para prestar a los ciudadanos los servicios propios de una sociedad avanzada. El deterioro de la Hacienda de la Generalitat durante la etapa en el gobierno del PP no tiene parangón en la historia de la democracia española. Su incompetencia y el despilfarro de recursos en iniciativas puestas en práctica por el capricho personal de sus dirigentes y el beneficio de un reducido número de grupos de presión, no puede continuar por más tiempo. Ni tampoco las tramas, los escándalos o los procesos por corrupción. Un gobierno es ejemplo siempre. Y hoy, el PP de Camps es un mal ejemplo para siempre.

No hay duda: sólo el cambio augura posibilidades de futuro. Los socialistas, Ignasi Pla al frente, hemos puesto en marcha la alternativa 2007.

Ricard Torres es portavoz del Grupo Socialista de la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados.