_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Contra las certezas

"Despierto cada mañana y estoy enfadada sin saber por qué", confiesa en un momento de esta turbulenta, apasionante sucesión de colisiones que es Crash la altiva millonaria Jean (Sandra Bullock), esposa, nada menos, del fiscal general de Los Ángeles (Brendan Fraser). Su desazón se entiende por lo que acaba de vivir (dos negros le han robado, a ella y a su marido, su todoterreno a punta de pistola), pero su reflexión es mucho más general y abarca las intenciones globales de esta película incómoda, construida contra las certezas acuñadas por años de corrección política en el cine, y en la vida.

Porque si de algo habla el canadiense Paul Haggis en su primer y deslumbrante trabajo como director, después de 30 años de carrera como escritor para la televisión y con sólo dos guiones para cine (claro que el otro es uno de los mejores del pasado año, Million dollar baby) es de la desazón y la incomodidad de vivir en una ciudad como Los Ángeles. Una ciudad que, con su dispersa geografía, deshumaniza, aísla y embrutece, acaso un poco más que cualquier otra gran urbe, en la que los conflictos raciales están a flor de piel y donde la violencia se diría la única forma de contacto entre los humanos.

CRASH

Dirección: Paul Haggis. Intérpretes: Sandra Bullock, Don Cheadle, Matt Dillon, Brendan Fraser, Thandie Newton, Jennifer Esposito. Género: drama, EE UU, 2004. Duración: 100 minutos.

Más información
El debutante Paul Haggis sorprende con las historias cruzadas de 'Crash'

Caleidoscopio

Raza, violencia y sordo enfado son, pues, algunos de los sentimientos que el filme convoca, pero no los únicos. Caleidoscopio de historias y de personajes construido según el aquilatado modelo que proporcionan no sólo una de las grandes películas americanas de los noventa, Short cuts, de Robert Altman, sino numerosas series televisivas construidas sobre la vida de diversos personajes en ambientes diferentes (¿recuerda el lector Canción triste de Hill Street?), Crash aborda también la gratitud filial (los policías que encarnan Matt Dillon y Don Cheadle), la soledad, la decrepitud física, los tejemanejes policiales e incluso la poca relevancia que la posición social tiene no frente al imperio de la ley, sino frente al color de la piel y la brutalidad de los uniformados.

Estamos no sólo ante una película espléndidamente construida e interpretada, sino también ante un artefacto que no gustará a los amantes de verdades absolutas. Porque lo que más importa a Haggis es resaltar que estamos en una realidad en la que ya no cabe la comodidad de las evidencias, en la que el racismo agresivo puede ser incluso una reacción casi epidérmica contra la que pueden no funcionar ni la voluntad ni la inteligencia, y en la que las buenas obras se pueden esconder detrás de las personas más impensables. Densa en situaciones, llena de recovecos, apasionante y polémica, Crash no es fácil de aceptar y hay que pelearse con ella, en ocasiones a brazo partido; pero es sólida y honesta a machamartillo; e interesante siempre.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_